El ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, lanzará oficialmente la campaña “100.000 Corazones para un cambio saludable. Menos Sal, Más Vida”, que por segunda vez se pone en marcha para disminuir el impacto de las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer, que representan más de la mitad de las muertes en nuestro país.El acto será a las 15 hs. en la sede de la cartera sanitaria nacional -Salón Ramón Carrillo-, y contará con la presencia de representantes de la Federación Argentina de Cardiología y la Fundación Bioquímica Argentina, entidades coorganizadoras de la iniciativa.
El Ministerio de Salud reunió a representantes de doce pueblos indígenas para escuchar demandas vinculadas con sus culturas: las modalidades del parto, la alimentación y el uso de hierbas medicinales fueron algunos de los puntos tratados.
El Senado bonaerense convirtió en ley un proyecto por el cual profesionales incluidos en la ley 10.430 que hayan cumplido tareas por más de dos años en organismos dependientes del ministerio de Salud y de la subsecretaría de Atención a las Adicciones podrán incorporarse al Régimen para la Carrera Profesional Hospitalaria.De este modo los estatales que se capacitaron y obtuvieron un título universitario o terciario tendrán la opción de pasarse "por carácter de excepción y por única vez, en forma automática y permanente, al régimen de la ley 10.471". Texto de la ley aprobado por el Senado
“Los consejos para bajar la epidemia de enfermedades cardiovasculares son simples: caminar, mantener el peso y tener una alimentación saludable”, aseguró la Dra. Liliana Grinfeld, que es la Presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina. Asimismo, es jefa de Hemodinamia del Hospital Italiano de Buenos Aires y se desempeña en el Concejo del Hospital El Cruce de Florencio Varela. Fue la Primera hemodinamista cardióloga mujer, hizo la primer angioplastía coronaria y puso el primer stent en el país.(www.programainfosalud.com)
La sociedad Argentina esta indignada frente a las denuncias de medicamentos adulterados o vencidos que pueden haber puesto en peligro la vida de pacientes, por acción nociva o por falta de efecto terapéutico. La verdad y quienes son los responsables lo dirá la justicia. Pero lo peor que podría suceder es que nos conformáramos con la penalización de aquellos y olvidáramos las condiciones que favorecen la ocurrencia de hechos como los que nos duelen hoy.