Atentos al déficit de atención (TDAH). Entre la naturaleza incierta y la prescripción hiperactiva

13 de Marzo de 201409:08
 

 
BIT: Volumen 21, número 5. Noviembre - Diciembre 2013 
 
Autor
Luis Carlos Saiz Fernández. Coordinador de Investigación en Farmacoterapia. Sº Prestaciones Farmacéuticas. SNS-O Objetivo: Analizar críticamente la evolución del diagnóstico y tratamiento del TdaH, revisando la perspectiva histórica, los aspectos de eficacia / seguridad farmacológica, alternativas de abordaje y el enfoque desde las ciencias sociales. Métodos: Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica actualizada a Marzo 2014 sobre TdaH y términos asociados en MedLine y Cochrane Library, ampliada a guías de práctica clínica (NICE, Guía Española), publicaciones independientes sobre fármacos (ISDB), bases de datos de agencias reguladoras (AEMPS, EMA, FDA, Canadá) y otras fuentes de información complementaria como medios de comunicación, webs o correspondencia con autores. A sí mismo se solicitaron datos de seguridad al Centro de farmacovigilancia de Navarra, de diagnóstico y prescripción al Servicio de Prestaciones Farmacéuticas del SNS-O y de consumo farmacéutico nacional a la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del sns. Por último se contactó con organizaciones tales como Eun ETHYDIS, FEAADALAH o Laboratorios Rubió con objeto de recabar información específica. Resultados/ Conclusiones: El TDAH se nos revela como un fenómeno de prevalencia variable y creciente, con etiología desconocida, sin marcadores biológicos consistentes e hipótesis a favor del origen orgánico muy discutibles. Sus criterios diagnósticos han fluctuado enormemente a lo largo del tiempo, basados en escalas de síntomas insuficientemente correlacionadas con la disfunción social, familiar o académica. Los tratamientos no farmacológicos precisan de una mayor investigación, destacando la terapia conductual en su potencial utilidad. Con respecto a los medicamentos se aprecia cierta eficacia en síntomas a corto plazo sin continuidad clara en las variables relevantes, por lo que deberían considerarse un recurso de uso excepcional. Destacan los efectos adversos cardiovasculares, psiquiátricos y endocrinos (algunos raros y muy graves, otros frecuentes con repercusiones ignoradas). Su relación con el abuso de sustancias permanece debatida y preocupa la actual tendencia a iniciar tratamientos en población adulta, máxime cuando la pluralidad de intereses alrededor de este diagnóstico complica la formación de un juicio prudente. disponible en http://bit.ly/1lDhvzB