"El mal de chagas, ya no es una enfermedad de la pobreza"

02 de Junio de 201113:23

Así lo afirmó el sociólogo venezolano, asesor sobre enfermedades parasitarias para la Organización Mundial de la Salud. Briceño León dialogó con InfoUniversidades acerca de la situación actual del Mal de Chagas. Puntualizó que la evolución y transformación en el tiempo de la patología ha sido influenciada por los cambios sociales y ambientales que, a su vez, generan los cambios epidemiológicos.

Roberto Briceño León participó como disertante en las Segundas Jornadas de Fortalecimiento de la Enseñanza de la Enfermedad de Chagas en las Ciencias de la Salud. En su conferencia “La enfermedad de Chagas: de la enfermedad rural a las epidemias urbanas” señaló que el Mal dejó de ser una enfermedad asociada a las poblaciones rurales y de menos recursos, para convertirse en una patología que “llega a cualquier sector social y a todas las personas, en cualquier lugar, en cualquier momento”.

Según Briceño León esto se debe, en parte, a cambios en la población y la sociedad. En el traslado de la población rural a las ciudades, “muchos llevaron al insecto consigo, en sus enseres, y colocaron al vector de la enfermedad en las zonas periurbanas y en la ciudad. Pero, además, transportaron el parásito en su propia sangre. Entonces, fueron y donaron en los hospitales con la mejor buena voluntad y con el deseo de ayudar a los demás y, al hacerlo, como no existía un buen tamizaje de la sangre, fueron transmitiendo la enfermedad a otras personas, y ésta se fue haciendo fundamentalmente urbana”.

También, a los cambios ambientales que provoca la deforestación, a lo que se sumó una nueva forma de transmisión de la enfermedad, que ya no es transfusional ni congénita, sino oral. “Esto apareció hace unos años en Brasil con la preparación de un jugo de caña que bebió un grupo de viajeros que nunca había estado en una zona endémica y adquirió la enfermedad por esta vía. Algo similar ocurrió en una escuela en Venezuela, en una de las zonas más ricas del país”.

-Y esta nueva forma de contagio, ¿tiene las mismas consecuencias para la salud que las otras vías?

-Desde el punto de vista médico clínico, las consecuencias son exactamente iguales. Las personas contagiadas por la vía oral pueden llegar a un caso agudo y fallecer. Lo que esta nueva forma de transmisión cambia es el impacto que puede tener en la sociedad. Ya no se tratará sólo de una enfermedad de pobres. Cualquier sector social puede verse afectado por esta nueva forma de transmisión.

-La enfermedad de Chagas fue descubierta hace muchos años, ¿no deberían haberse adoptado políticas para erradicarla y que no evolucionara hacia nuevas formas de contagio?

-La enfermedad fue descrita hace 103 años. Un siglo después esperaríamos que el Mal de Chagas hubiese sido controlado. Sobre todo, porque desde el primer momento se describió la enfermedad y se dieron los lineamientos para su control y prevención. Sin embargo, históricamente, ha sido una enfermedad olvidada porque ha afectado a los sectores más pobres, a los que no tienen voz, y por eso quedó rezagada en las zonas rurales de los países.

Hoy en día afecta incluso a los países desarrollados, a partir de los nuevos inmigrantes que allí llegan con la patología. Afecta a una población urbana que tiene más herramientas. Tiene mejor educación, mayor conciencia de sus derechos y son estos pacientes urbanos los que empezarán a reclamar una respuesta distinta para la enfermedad, exigirán mayores controles para prevenir y evitar el Mal en sus hijos.

-¿Qué medidas se adoptan en los países más desarrollados para contrarrestar la epidemia?

-La situación varía. En Estados Unidos, que tiene una importante población latina, desde 2006 se realizan pruebas de sangre para el control de la enfermedad de Chagas. Ese año, la Administración de Alimentos y Drogas (FDA según sus siglas en inglés) tomó la decisión de hacer obligatorio el tamizaje para Chagas en los bancos de sangre. También adoptó medidas para hacer análisis de los órganos que se donan. Una situación similar se puede encontrar en España, en donde la presencia de migrantes latinos ha obligado también a tomar conciencia y las universidades y los ministerios están diseñando manuales para formar a los médicos. Pero eso no existe en otros países de Europa.

http://infouniversidades.siu.edu.ar/infouniversidades/listado/noticia.php?titulo=roberto_briceño_leon:_“el_chagas_ya_no_es_una_enfermedad_de_la_pobreza”&id=1203

 

 

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