NOS VISITARON LAS ENTIDADES DE VILLARINO, GRAL. PINTO Y CHIVILCOY

12 de Octubre de 202208:44
De izquierda a derecha. Patricia Cobello. Humberto Caramés y Marcela Conde.

La doctora Patricia Cobello (57) es presidenta de la Asociación Médica de Villarino. Estudió en la Universidad Nacional de La Plata y en Bahía Blanca realizó la especialidad en neumología Fue la primera residente de esa especialidad. Luego regresó a Villarino, su ciudad natal.

De su vocación dice: “Desde los 6 años la medicina se encaprichó en estar en mi cabeza, no recuerdo otra cosa que no fuera querer ser médica”. Con relación a su visión sobre el trabajo médico, opina que “en desmedro de nuestra profesión, los factores económicos y la realidad socioeconómica hace que los médicos tengamos que recurrir al pluriempleo para tener una remuneración digna. Esta situación me duele porque, en épocas anteriores nos peleábamos para hacer una residencia, nos sacábamos los ojos para conseguir una vacante y para formarnos. Y ahora veo que los jóvenes recurren a hacer guardias en ambulancia o guardias médicas en algún lugar privado, como para poder sobrevivir o para tener una remuneración; pienso que hay que resignificar la formación profesional, no es lo mismo, tener una capacidad académica importante, que salir a trabajar sin formación”.

En cuanto a la violencia sanitaria comenta: “Yo vivo en un lugar muy chico y nos conocemos todos con nombre y apellido, para algunas cosas es más fácil y para otras es diferente a otras regiones. Es decir, cuando se muere alguien en lugares pequeños tiene nombre, apellido, familia y amigos, esto conlleva a que el médico sea una persona más en la comunidad. De todas formas, si bien se crean situaciones de violencia, no han llegado a ser demasiado importantes. Pero siempre aparecen en la profesión, pacientes que se enojan por diagnósticos que no son lo que esperan. Vivimos situaciones de violencia desde la residencia”. 

Por último, sobre los complejos vacacionales, apuntó que recibió información y le parece “una idea brillante, todavía no fui pero seguramente lo haré”.

En tanto, el doctor Humberto Caramés (61), preside del Círculo Médico de General Pinto y vive en Iriarte, también conocida como Colonia San Ricardo, una localidad del Partido a 23 kilómetros del límite con Santa  Fe. Caramés nació en esta Provincia, en Diego de Alvear y luego estudió en la Universidad Nacional de Rosario. “Te imaginarás que en Iriarte soy todo, no es posible elegir un rubro, debido a que hay gran demanda laboral de todo tipo, ves chicos, adultos, adultos mayores. Lo que se puede resolver en la localidad se resuelve, de lo contrario, se deriva al hospital de cabecera”, afirma. En cuanto a su decisión por la profesión médica, recuerda: “Mi mamá siempre me dijo que tenía que ser médico y se conoce que eso quedó en mi memoria. Entonces, entré a la facultad, me gustó, continué y me recibí. De allí emergió la decisión, por mandato familiar”.

Sobre el trabajo médico en la actualidad, el doctor Caramés opina que "comparado con años anteriores la demanda de trabajo aumentó, la gente tiene poca paciencia, y hoy siendo médico, soy uno más de la comunidad. Se tienen muchas presiones en ese sentido, dado que la gente pretende que el médico resuelva todo. Revisar al paciente, desarrollar un diagnóstico, recetar y suministrar el medicamento. Yo trabajo en un lugar público, donde el paciente exige que le den la medicación. A veces hay medicamentos y otras veces no alcanza. Es allí donde se nota que la gente está teniendo poca paciencia, yo creo que trasladan sus problemas a la consulta. Y en casos de adultos mayores, más allá de su patología, buscan ser escuchados. Pienso que los más jóvenes no tienen tanta paciencia como el adulto mayor. Los mayores empatizamos mejor con los adultos, a su vez, es una comunidad chica, conocés en forma más cercana al paciente; vas a la casa cuando te llama, es una relación más familiar, por eso desde hace 26 años trabajo en medicina familiar. En cuanto a la violencia sanitario en su región, piensa que; “si bien la gente está más alterada, no se desarrolla violencia a nivel personal: yo no tuve ningún caso de violencia hacia mi persona, siempre hay un porcentaje de la población que no quiere al médico, pero cuando lo necesita sabe que está, y que lo va a atender igual. Las agresiones sólo son violentas en el trato, pero intentamos apaciguar la situación, dándole la razón al paciente, para concluir con esa situación. Algunos colegas han tenido situaciones de violencia, por medio de las redes sociales, pero en lugares chicos es mejor, llamarse al silencio, para no agravar la situación”. Para concluir, el doctor Caramés comenta que está en conocimiento de los complejos vacacionales, y que algunos de sus colegas los han visitado.

Marcela Conde (56), presidenta del Círculo Médico de Chivilcoy, nació en esta ciudad, es médica internista, y trabaja en nutrición y obesidad. Estudió en la Universidad Nacional de Buenos Aires y realizó la residencia en el Hospital de Clínicas.

De su vocación por la medicina dice: “tengo recuerdos desde muy chica querer ser médica, y mi abuelo paterno quería que mi papá estudiara medicina, pero él nunca quiso hacerlo. En aquel momento quería ser cirujana, cosa que no es a lo que me dedico hoy en día. Uno con la carrera interhospitalaria se va inclinando a su especialidad. Pero concluyendo siempre quise ser médica”.

En cuanto al trabajo médico, opina que está muy precarizado y que no es lo mismo que hace años atrás. Se recibió de muy joven, y cree que en aquel momento se ponía mucho esmero; por hacer una residencia, por disputar el puntaje y el promedio de carrera. Y hoy en día, por el contrario, piensa que hay poca vocación por hacer una residencia, y que los más jóvenes buscan aquello que les resulte práctico y fácil, evitando responsabilidades.

“Tenemos que tener mucho trabajo para decir que tenemos un salario digno. Además de la situación socioeconómica del país y de haber pasado una pandemia, en la cual sufrimos la complejidad de la situación y perdimos compañeros, ahora enfrentamos una postpandemia, con precariedad laboral y económica. En estos tiempos hay poco compromiso por ayudar al otro, ejercer la profesión y seguir formándonos. De hecho, hice posgrados y ahora estoy en una capacitación con FEMEBA sobre Calidad y Seguridad del Paciente. No dejo de estudiar porque es una forma de actualizarse”.

De los hechos de violencia, sostiene que si bien no recibió agresiones, tuvo que acompañar a colegas médicos y personal de salud que fueron agredidos por pacientes verbalmente, “fruto de un enojo, provocado por la situación que transcurrimos y que se canaliza en agresión dentro del ámbito de la salud.”

Por otra parte, la doctora Conde está en conocimiento de los complejos vacacionales y si bien no pudo visitarlos recibió información. “Me pone muy contenta, que desde la Federación Médica se ocupen de todos los médicos federados, para poder esparcirse, distraerse y disminuir el estrés. 

 

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