Julieta Helfer (53) es presidenta de la Asociación Médica de Luján, ciudad donde nació y vive. Estudió en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y luego completó su residencia en el hospital General Interzonal de Agudos “Vicente López y Planes” en General Rodríguez. “Fui a este hospital, no porque quisiera hacer tuberculosis sino en búsqueda de un lugar con más actividad. Después hice otra residencia, la de oncología, pero no me sentí bien con eso. Cerré esa parte de mi vida. Continué con la clínica médica y geriatría. También trabajé en la parte asistencial. Hoy en discapacidad y en el consultorio propio”.

De su vocación por la medicina dice que si bien “no sé de dónde salió, pero desde que recuerdo siempre dije que sería médica”. 

Del trabajo médico señala que “en Luján hay mucho trabajo pero vemos una división, entre algunos colegas más jóvenes y quienes tenemos más de 50 años. Los primeros quieren ganar mucho y no trabajar demasiado y los de nuestras edades, trabajamos un montón sin mirar cuánto vale el bono de la obra social. Un ejemplo es PAMI. La obra social nos pidió médicos y no pudimos conseguirlos. PAMI paga poco y el avance de la inflación complicó todo”.

De la violencia hacia los profesionales de la salud, Helfer dice que hace muchos años que no tiene casos de agresiones. Por otra parte, al ser consultada por los complejos turísticos que FEMEBA tienen para sus médicos, subrayó su beneplácito porque otorgar beneficios a los colegas ayuda.

El doctor Juan José Traverso (54), es titular del Círculo Médico de Exaltación de la Cruz. Médico dermatólogo, nació en la localidad bonaerense de Alberti, egresó de la UBA para luego especializarse en el hospital Muñiz. Recuerda que al cursar el Ciclo Básico Común (CBC), entre las opciones estaba bioquímica y medicina; se decidió por esta última porque “me gustaba el contacto con la gente y las materias. El ejercicio de la medicina es como un sacerdocio, porque cuando le sentís el gusto no te imaginas ejerciendo otra vocación”.

Del trabajo médico opina que el país pasa por un momento muy complicado y si bien disfruta mucho de la actividad médica, es claro que “no tenemos el reconocimiento que merecemos por el ejercicio de nuestra práctica, trabajar muchas horas por día, en distintos lugares para que el dinero alcance”.

Si bien conoce el programa de prevención de la violencia, sostiene que en Exaltación de la Cruz casi no se dan episodios de violencia ni en el ámbito privado ni en el hospital público. “Tal vez por ser una comunidad pequeña, donde todos nos conocemos y tenemos una relación médico-paciente muy amena, es una isla comparada con otros Partidos. La gente vive muy tranquila y son muy buenos los vínculos entre la comunidad”.

De los complejos turísticos responde que le informaron de la existencia de uno, cerca de Mar de Las Pampas, Los Ciruelos, que le pareció muy lindo.

La doctora Gabriela García (53) es presidenta del Círculo Médico de General Belgrano. Nació en Mar del Plata y estudió en la Universidad Nacional de La Plata. Especialista en oftalmología ejerció la medicina en distintos lugares hasta que hace algún tiempo decidieron, junto a su familia, radicarse en General Belgrano. No recuerda el momento exacto en que se despertó su vocación, pero sabe que la tiene, algo que no decidió, porque no tuvo que pensarlo. “Al terminar el colegio secundario dije que estudiaría medicina, algo me decía que debía hacerlo, debía estudiar medicina y para mí eso se llama vocación. Nadie en mi familia es médico. Hoy después de 25 años de carrera, puedo decir que disfruto lo que hago y que la medicina es mi vocación”.

En otro orden, sobre el trabajo médico, entiendo que hay muchas miradas y depende desde dónde mire el problema pueden darse las críticas. “Algunos médicos jóvenes perdieron el interés por el trabajo hospitalario, hay otra mirada. Mi generación para aprender debía pasar por el hospital público. En lo privado no está valorizado el trabajo médico. Trabajamos muchísimo en la pandemia dejando de lado nuestra salud, nuestra familia y creo que no fue valorado en su momento y hoy, menos. Como no estamos acostumbrados a reclamar se convirtió en un trabajo muy mal remunerado”.

A renglón seguido, afirma que General Belgrano es una comunidad pequeña sin hechos de violencia hacia los profesionales de la salud y si hay un reclamo no sucede de la misma manera que, por ejemplo en el Conurbano, donde trabajó y había violencia hacia los profesionales de la salud. 

Para finalizar, sabe que FEMEBA tiene para sus socios los complejos vacacionales pero hasta el momento no los visitó.