El doctor Daniel Mattig (57) preside el Círculo Médico de Zárate. Especializado en urología, egresó de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y la residencia en el hospital Argerich. Luego volvió a Zarate a trabajar en el hospital provincial.

Mattig señala que “además del hospital provincial, en Zárate hay clínica que atiende prepagas, pero no atiende a las obras sociales IOMA y PAMI. Hay otra clínica muy pequeña que sí  atiende PAMI y hace tres años comenzó a atender IOMA. Es una clínica de baja complejidad, no cuenta con intervenciones como partos y cesáreas, ni hacen cirugías de alta complejidad, por eso los afiliados deben irse a Campana o Luján”.

Del trabajo médico, sostiene que “en el hospital, al ser provincial, cobramos los sueldos que paga la Provincia. Este año por lo menos hay estabilidad laboral, un aumento del 60% que ya es insuficiente. Lo bueno a nivel provincial es que salió la ley de desgaste laboral, que aparentemente ya esta en vías de efectivizarse, eso da la posibilidad para quien trabaja en un hospital provincial con 50 años y 25 años pueda jubilarse. Creo que fue uno de los mayores logros de este año”.

“En el ámbito municipal hay una Unidad de Pronta Atención (UPA), los médicos que trabajan allí no están nombrados y esto sucede en la mayoría de los municipios. Zárate es una localidad industrial, entonces gran parte de la población tiene muchas obras sociales como IOMA y Swiss Medical”, enfatiza.

De la violencia hacia los profesionales de la salud, observa que “si bien existe tanto en lo público como en lo privado, el nivel es mayor en el ámbito público, en la zona de guardias y terapias, zonas más sensibles”.

Por otra parte, Juan José Ortiz (42), es médico cardiólogo. Titular de la Asociación Médica de Arrecifes, estudió en la Universidad Abierta Interamericana, se recibió 2008 e ingresó a la residencia de cardiología en hospital presidente Perón, de Avellaneda. Finalmente, volvió su ciudad natal, Arrecifes.

A su modo de ver “el trabajo médico fue decayendo, porque permanecen pocos médicos activos. Y lógicamente los valores que se pagan por las consultas son insuficientes. La inflación tiene un crecimiento muy alto y los valores de las consultas y prácticas han quedado atrasadas”.

Dice conocer el Programa de Violencia. “En los últimos años hay casos de violencia en Arrecifes, en alguna oportunidad muchos años atrás, donde le han pegado a algún médico, o ha recibido alguna agresión tanto verbal o física. Pero generalmente eso se de en el ámbito hospitalario, de todos modos, hace bastante tiempo que no pasa".

Señala que visitó la página de FEMEBA, los complejos vacacionales y que recibió a los promotores  del Programa Lazos y que le parece una buena iniciativa y “de hecho, tengo ganas de conocerlos”.

El doctor Pablo Iturregui, (54), estudió en la UBA, luego hizo la especialidad de ginecología y obstetricia, una parte estudió en Buenos Aires y otra en la provincia de Buenos Aires. Terminó la residencia en 1997, oriundo de Chascomús, volvió su ciudad natal a trabajar en el ámbito público y privado. “Siempre me interesó participar en el Circulo Médico de Chascomús. Comencé ocupando distintas funciones y roles. En la actualidad, soy el Presidente de la Entidad”.  

“La situación médica está bastante complicada, hay un deterioro progresivo del honorario médico en los últimos 30 años y tratamos de luchar para revertirlo. En Chascomús se complejizó la situación, porque teníamos un efector privado que cerró durante la pandemia. Ahora tratan de ponerlo en valor para poder trabajar. Es decir que hoy en día lo único que tenemos es un efector estatal. El hospital no alcanza para la población de Chascomús, que en la pandemia incrementó bastante. Chascomús recibió unas 5000 personas más después de la pandemia, que antes eran únicamente habitantes de fines de semana. Esto genera una demanda en el ámbito de salud. Nos quedamos sin efector privado desde el punto de vista de la internación y el hospital no da abasto, y a su vez está en obra”, explica.

De la violencia a los trabajadores de la salud remarca que “una colega sufrió una agresión en el ámbito público, tuvo apoyo local y de FEMEBA”.

En otro orden, dijo conocer los complejos vacacionales, porque hace bastante tiempo participa en el Circulo Médico y siempre está informado.

Finalmente, el doctor Alejo Merino (50), es ginecólogo, especializado endocrinología ginecológica, reproductiva y sexología. Preside el Círculo Médico de Almirante Brown. “El trabajo médico privado y  público está muy mal remunerado y las obras sociales como el personal de salud en el ámbito público, tienen pésimas remuneraciones. Y es una deuda que tenemos los dirigentes con respecto a los convenios, que es un atraso histórico de los pagos de honorarios, deben tener una correspondencia ética con nuestra actividad. Y me parece sobre todo después de la pandemia, el reconocimiento en la calle, esos aplausos pasaron y se acuerda del personal de salud y me parece que el primer reconocimiento debería ser mínimamente monetario, pero bueno es lo que tenemos”, señaló.

De la violencia hacia sus colegas, da cuenta que “no tiene conocimiento de violencia física, pero sí, violencia verbal, sobre todo en el ámbito hospitalario. Soy el médico auditor del hospital y constantemente percibo un aumento de la litigiosidad. La gente no acepta la demora en la atención y hay que tener en cuenta que el hospital de cabecera es el mismo para una población que creció exponencialmente. Una población que recurre al hospital y no al sector privado. La pobreza es cada vez mayor y la gente que concurre al hospital tiene menos recursos, no solo hablo de recursos económicos”.

Dice estar en conocimiento de los complejos vacacionales y que “le parece bien todas las propuestas que tengan que ver con beneficios y recreaciones, sobre todo por la carga de angustia que tienen la mayoría de los colegas”.