Médicos invitados

22 de Febrero de 201815:32

Los representantes de las Entidades Primarias de Las Flores, Pinamar y Pilar, participaron de las reuniones de la Mesa Ejecutiva y del Consejo Directivo realizadas el 20 de febrero.

Juan Pablo Tibiletti es Presidente del Círculo Médico Las Flores desde hace seis meses. Porteño, estudió en la Universidad del Salvador y se especializó en Pediatría en el Hospital Alemán, donde trabajó hasta que por una decisión personal se mudó a Las Flores hace siete años. “Estoy feliz con la decisión, comparto mucho más tiempo con mi familia. Desde chico quise estudiar medicina. Lo raro es que no tengo ninguna referencia, fui el primer médico en la familia. Quizás mi pediatra me marcó, era muy importante, el Jefe de Pediatría del Hospital Garraham”.

Con respecto a su cargo, comenta que desde que llegó a Las Flores está cerca del Círculo Médico. “Siempre me interesó la defensa del trabajo. Si algo no me gustaba, quería informarme y saber antes de quejarme, entender qué se está haciendo bien y qué no. Ahora, estando a cargo de la Entidad, y ya con la Comisión Directiva anterior, estamos fomentando la participación hacia la comunidad médica. Queremos que vengan, reunirnos, charlar de lo que sea, poner las cartas sobre la mesa sin miedo de ofender a alguien, preguntar. Es todo totalmente abierto”.

En el mismo sentido, menciona que de a poco fueron logrando un importante recambio generacional. “Ahora en la Comisión somos todos menores de 45 años, y la verdad que eso es bueno, se notan las ganas. Tiene sus conflictos, la gente más grande y con más experiencia no sabe si acercarse o no porque la situación es nueva, pero nosotros insistimos para que todos los que tengan ganas, participen. Estamos machacando con la idea de que sea todo más suelto, menos formal, y lograr una mejor conexión entre los médicos. Ese es el objetivo de la Comisión Directiva”. Y agrega: “No quiero ser un presidente eterno, o estar quince años a cargo, tenemos que ir cambiando los roles, ir rotando, para que todos sepamos de todo. Que el Círculo sea nuestra casa, juntarnos a hacer un asado y charlar de temas no relacionados con el trabajo, de la vida, como para unir, y que de ahí surjan nuevas ideas. Creo que lo que falta es animarse a proponer cosas”.

Por su parte, hace tres años que Patricio Echeverría es Presidente del Círculo Médico Pinamar. Nacido en El Triunfo, Partido de Lincoln, se recibió en la UBA y se especializó en Traumatología en el Hospital Finocchieto. “La medicina me gustó desde siempre, a los cinco años ya decía que quería ser médico. Lo pude concretar y estoy muy contento de poder vivir de lo que elegí y lo que me gusta, me siento un afortunado”.

Echeverría cuenta que se instaló en Pinamar por una posibilidad laboral, ya que le gustaba el lugar, aunque aclara que trabajar en un lugar de turismo es complicado porque se trabaja mientras que los demás están de vacaciones. “Obviamente la demanda cambia mucho en temporada, pero de acuerdo a la especialidad. En la mía hay mucho trabajo, especialmente en Emergentología y Guardia. Por suerte no tenemos que cubrir la demanda con otros médicos, nos movemos un poco más pero hay buena atención, y claro que en invierno baja mucho el trabajo”.

En cuanto a la actualidad del Círculo Médico, menciona que no se acercan muchos médicos. “En general vienen a traer papeles y a cobrar, pero no se interesan en la toma de decisiones, salvo en algunos temas puntuales, como los interhospitalarios por ejemplo, cuando aumenta el diálogo entre colegas. De todas maneras, hacemos reuniones sociales, de camaradería, y ahí se acercan un poco más los jóvenes, hay muchos en la ciudad, los atrae. El tema es que la mayor parte de ellos viven de la actividad pública, acercarse al Círculo es una preocupación más que sienten no les daría beneficios”.

También se muestra preocupado por la creciente violencia que se ve en la ciudad. “O bien por intolerancia de la gente, o por demora en las consultas, o por mayor consumo de sustancias o alcohol, especialmente en la noche, aumenta mucho la violencia contra los profesionales de la salud. Cuando vine a vivir no pasaba, pero desde ese entonces hasta ahora la población creció de diez mil a casi cincuenta mil, y aumentan los problemas”.

Al hablar de la entidad que preside, se lo nota conforme. “Se ve bien. La organizamos de a poco, se ajustaron los números y podemos afrontar los compromisos. Ahora gracias a FEMEBA podemos tener vivienda propia y achicar así gastos, y como la ciudad crece, creo que hay muchas posibilidades de seguir creciendo en la parte médica, académica, económica y social también. Veo un futuro promisorio, pero hay que seguir luchando por el interés de los médicos”.

En tanto, Miguel Ángel Rosso es Presidente del Círculo Médico Pilar hace doce años, pero hace casi 24 que participa de la actividad del mismo. Nacido en Buenos Aires y recibido en la UBA, se mudó a Pilar tras completar la residencia en Cirugía General en el Hospital Fernández. “Me metí en esto por mandato familiar: mi madre quería que fuera médico, y que mi hermano fuera contador. Y así fue. Y no me puedo quejar de cómo resultó”.

Al preguntarle sobre el trabajo médico en el partido, Rosso destaca el fenómeno migratorio que sufrió Pilar. “A partir de la apertura del Hospital Austral, se instalaron casi mil médicos, además del desarrollo de infraestructura edilicia hasta Del Viso, por lo menos, muchos complejos habitacionales en los que muchos colegas que llegaron instalaron sus consultorios. Se están abriendo sucursales de grandes centros médicos, ha cambiado mucho. Pero de todos estos nuevos médicos, muy pocos se acercaron al Círculo, sobre todo vienen aquellos cuya actividad incluye aparatología. Así que el Círculo se achicó relativamente, tenemos casi 210 médicos pero en el partido deben trabajar cerca de dos mil”.

Comenta que de esos nuevos médicos, varios son jóvenes. “Pero su participación en la Entidad es nula, no vienen ni a las cenas gratis. No hay un recambio, no quieren saber nada. Nosotros queremos que se integren porque alguien va a tener que seguir. Hay que acercarse ya que la conducción de una institución como ésta es compleja, hay que ganar experiencia, no es un de un día para otro, por la complejidad de los contratos, especialmente del convenio con IOMA”.

En ese punto, aclara que los médicos traen una herida muy grande con esa obra social. “Y contra FEMEBA también, por arrastre. Siempre tuvo muchas vicisitudes, que te pagan, que no, que el 25%. El contrato pareciera estar prendido con alfileres, y los médicos suelen pensar que FEMEBA no tiene una postura firme frente al IOMA, que es el principal convenio que trabajan los médicos de Pilar. Ahora el lector de banda magnética fue muy bien visto, le quitó trabajo a los médicos y se garantiza que lo que se trabaja se vaya a cobrar”.

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