A MIS COLEGAS:

MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA CONFIANZA: NO LOS HEMOS DEFRAUDADO.

Hace unos pocos días, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal -Sala II- del Departamento Judicial Bahía Blanca, ha resuelto por unanimidad mi sobreseimiento y del resto de los imputados (O. Arias, C. Vecchi, A.M.Battaglia, G. Bianchini y J. Palacios) en las causas que nos iniciara el Ministerio Público Fiscal de esta ciudad, por encubrimiento agravado del crimen de Felipe Glasman –Palacios y yo- y administración fraudulenta de la AMBB, imputación que también comprendía a Oscar Arias, Carlos Vecchi, Ana María Battaglia y Graciela Bianchini. Este proceso, que fue iniciado por un allanamiento a la AMBB y a los hospitales gremiales y que fuera calificado por mí como una “pantomima circense”, fue urdido por un fiscal y su jefe, en un intento de amedrentarnos para que dejáramos de reclamar por el total esclarecimiento del asesinato de nuestro ex Secretario General. Se movilizaron más de veinte efectvos desde La Plata en un despliegue inusual en nuestra ciudad.

La figura invocada para allanar la institución fue la de encubrimiento, luego, con lo secuestrado -y aún no devuelto cabe acotar-, se fraguó la segunda imputación de administración fraudulenta.

Desde ese 10 de octubre de 2007, hubieron varios que, movidos por intereses diversos, nos calumniaron generosamente y malinformaron a la población de la ciudad, intentando crear una estructura mentirosa que hiciese perder de vista la verdadera situación: no investigar quién o quiénes mandó/aron a matar Felipe Glasman.

Como lo señalo al principio de esta nota, nueve años después la Cámara citada NOS SOBRESEYÓ DE TODOS LOS CARGOS, ratificando lo que venimos sosteniendo desde ese lapso. Si bien la sentencia aún puede ser sujeta a apelación, es prácticamente cosa juzgada y ratifica que,

como decía Aristóteles, la única verdad es la realidad.

Reitero el agradecimiento a la mayoría de los colegas, al Consejo Directivo de esa Federación y a su Presidennte, Guillermo Cobian, que confiaron en nosotros sin tener esta certeza que el tiempo se encargó de mostrar. Esta prueba de crédito y de convicción no tiene posibilidad de pago y cualquier reconocimiento resulta corto, por lo que me siento en deuda perenne con Uds.

No espero la retractación de aquellos que nos acusaron falazmente, ni de los que nos difamaron o difundieron informaciones baldías, solamente quiero hacerles saber a Uds., mis colegas, que esa muestra de fe en mi persona y en las de los que me acompañaron en mi mandato es muy valiosa para mí. La guardo como uno de mis recuerdos más preciados.

Hasta siempre.

Fernando Carignano