Cáncer de Mama: prevención y tratamiento

19 de Octubre de 201613:02

El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo, representa el 16% de todos los cánceres femeninos. Su incidencia está aumentando en el mundo debido a la mayor esperanza de vida, el aumento de la urbanización y la adopción de modos de vida occidentales.

El cáncer de mama es un problema importante para la salud de las mujeres argentinas, ya que es la primera causa de muerte por tumores en mujeres. Anualmente, se producen 5600 muertes por esta enfermedad y se estima se producirán más de 19.000 nuevos casos por año, lo cual representa el 16,8% del total de incidencia de cáncer en Argentina.

Aunque las estrategias de prevención reducen en cierta medida el riesgo de vida, no pueden eliminar la mayoría de los casos de cáncer de mama que se dan en los países de ingresos bajos y medios, donde el diagnóstico se hace en fases muy avanzadas. Así pues, la detección precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia de esos casos sigue siendo la piedra angular del control del cáncer de mama.

Las tasas de supervivencia del cáncer mamario varían mucho en todo el mundo, desde el 80% o más en América del Norte, Suecia y Japón, pasando por un 60% aproximadamente en los países de ingresos medios, hasta cifras inferiores al 40% en los países de ingresos bajos.

Las bajas tasas de supervivencia observadas en los países poco desarrollados pueden explicarse principalmente por la falta de programas de detección precoz, que hace que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad ya muy avanzada, pero también por la falta de servicios adecuados de diagnóstico y tratamiento.

La estrategia recomendada: DETECCION PRECOZ basada en el conocimiento de los primeros signos y síntomas, la exploración clínica de las mamas realizado anualmente por el médico y el autoexamen mamario mensual post menstrual. El cribado mediante mamografía es muy costoso y se recomienda para los países que cuentan con una buena infraestructura sanitaria y pueden costear programas a largo plazo.

Factores de riesgo del cáncer de mama

Se conocen bien varios factores de riesgo del cáncer de mama. Sin embargo en la mayoría de las mujeres afectadas no es posible identificar factores de riesgo específicos.

Los antecedentes familiares de cáncer de mama  multiplican el riesgo por dos o tres. Algunas mutaciones, sobre todo en los genes BRCA1, BRCA2 y p53, se asocian a un riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer (esas mutaciones son raras y explican solo una muy pequeña parte de la carga total de cáncer mamario).

Los factores reproductivos asociados a una exposición prolongada a estrógenos endógenos, como una menarquía precoz (primera menstruación temprana), una menopausia tardía y una edad madura para el primer parto, figuran entre los factores de riesgo más importantes del cáncer de mama. La lactancia materna tiene un efecto protector.

El 21% de todas las muertes por cáncer de mama registradas en el mundo son atribuibles al consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, y la falta de actividad física

Los anticonceptivos hormonales no aumentan el riesgo y hasta tendrían efecto protector sobre el mismo, como así también sobre el cáncer de ovario y endometrio.

El tratamiento hormonal de reemplazo en la menopausia, correctamente seleccionado por el profesional médico, tampoco aumenta el riesgo general y sus beneficios son ya innegables.

La diferente incidencia del cáncer de mama en los países desarrollados y los países en desarrollo puede explicarse en parte por los efectos de la alimentación, unidos a la mayor edad del primer embarazo, el menor número de partos y el acortamiento de la lactancia. La creciente adopción de modos de vida occidental en los países de ingresos bajos y medios es un determinante importante del incremento de la incidencia de cáncer de mama en esos países.

Control del cáncer de mama

El control integral del cáncer abarca la prevención, la detección  precoz, el diagnóstico y tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos.

La sensibilización del público en general sobre el problema del cáncer de mama y los mecanismos de control, así como la promoción de políticas y programas adecuados, son estrategias fundamentales para el control del cáncer de mama. En países de ingresos bajos y medios, se afronta actualmente una doble carga de cáncer mamario y cáncer de cuello uterino, que son las principales causas de muerte por cáncer entre las mujeres de más de 30 años. Es importante implementar estrategias combinadas que aborden estos dos problemas de salud pública de manera eficaz y eficiente.

 Prevención

Una prevención integral eficaz es aquella que promueva los alimentos saludables, la actividad física y el control del consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, podrían llegar a tener un efecto de reducción de la incidencia de cáncer de mama a largo plazo.

Detección precoz

Independientemente del método de detección precoz utilizado, dos aspectos esenciales para su éxito son una atenta planificación y un programa bien organizado y sostenible que se focalice en el grupo de población adecuado y garantice la coordinación, continuidad y calidad de las intervenciones en todo el continuum asistencial.

El diagnóstico temprano sigue siendo una importante estrategia de detección precoz, particularmente en los países de ingresos bajos y medios, donde la enfermedad se diagnostica en fases avanzadas y los recursos son muy limitados.

La mamografía es el único método de cribado que se ha revelado eficaz. Si su cobertura supera el 70%, esta forma de cribado puede reducir la mortalidad por cáncer de mama en un 20%-30% en las mujeres de más de 50 años. El tamizaje basado en esta técnica es muy complejo y requiere muchos recursos, pero debería realizarse al menos cada dos años a partir de los 50 (en el grupo general de bajo riesgo) e iniciarlo entre los 30/40 en los de alto riesgo.

La autoexploración mamaria, es una práctica que empodera a las mujeres, que se responsabilizan así de su propia salud. En consecuencia, se recomienda la autoexploración para fomentar la toma de conciencia entre las mujeres en situación de riesgo.

MITOS Y VERDADES:

“La biopsia acelera el cáncer”. La biopsia consiste en la extracción (por medio de una aguja o bisturí) de una pequeña porción de tejido del cuerpo a fin de analizar la presencia o no de células anormales (precancerosas o cancerosas). Algunas personas piensan que a través de una cirugía o biopsia el cáncer puede diseminarse. Por el contrario, estas prácticas se realizan con métodos muy seguros y son esenciales para establecer un diagnóstico correcto y para evitar que la enfermedad progrese.

“Tengo un nódulo en la mama.  Es cáncer.” La mayoría de los nódulos en la mama no son cáncer. Sin embargo, todo nódulo u otro síntoma que aparezca en la mama debe llevar a la consulta médica sin demora.

“Si un cáncer es expuesto al aire durante una cirugía  se va a propagar.” La cirugía no causa la propagación del cáncer. Por el contrario, es un pilar fundamental en el control local de la enfermedad. No hacer tratamiento cuando hay un tumor es el puntapié inicial para que la enfermedad progrese y se disemine.

“El uso antitranspirantes es nocivo y contribuye a la aparición de cáncer de mama.” Los antitranspirantes no provocan problemas de salud (a excepción de reacciones alérgicas de la piel en las personas muy sensibles); por lo tanto, su utilización es segura y no representa ningún riesgo para las personas.

“Tener hijos y amamantarlos es una protección segura contra el cáncer de mama.” Es cierto que tener hijos antes de los 30 años de edad y amamantarlos reduce el riesgo, pero no es una garantía contra el cáncer de mama.

“Las mamografías son dolorosas.” Las mamografías pueden ser molestas, pero no producen un dolor insoportable. Las mujeres que todavía menstrúan deben organizar su turno para la mamografía durante las dos primeras semanas de su ciclo, cuando sus mamas están menos sensibles. Si una mujer encuentra que la mamografía es dolorosa debe hablarlo con la técnica que la está realizando. De todos modos,  hay que tener en cuenta que la compresión ayuda a tener una mejor imagen, que facilita la lectura del estudio por parte del médico radiólogo.

“Mi nódulo en la mama es muy doloroso, por lo que seguramente no es cáncer, ya que los nódulos cancerosos no producen dolor.” En general el cáncer de mama no causa dolor, pero no hay relación entre el hecho de que un nódulo sea o no doloroso, con el hecho de que sea cáncer. El dolor es un síntoma inicial de cáncer en un bajo porcentaje o en estadios avanzados.

“Comer pollo aumenta el riesgo de tener cáncer de mama.” Existe la falsa creencia de que a los pollos se les inyectan hormonas para que logren un mayor crecimiento en menor tiempo. Actualmente el crecimiento o engorde de los pollos se debe a estrategias de mejoramiento genético de las aves. Por lo tanto, los pollos no cuentan con ninguna sobrecarga hormonal.

“Existen yuyos o suplementos de hierbas medicinales que curan el cáncer.” Ciertos pacientes consumen estos productos con la esperanza de que puedan ayudar a curar el cáncer. En realidad, no existen estudios científicos que demuestren su poder curativo. Algunos de ellos pueden afectar la eficacia de los medicamentos que los médicos prescriben habitualmente y causar efectos secundarios o interferir con la efectividad de las terapias tradicionales. Por eso, es importante que los pacientes informen a sus médicos tratantes si los utilizan.

“El uso de corpiños con aro puede traer cáncer”. No, el uso de corpiños con aro puede producir dolor por traumatismo y mala circulación sanguínea y linfática pero no producen cáncer.

“Si no tengo antecedentes familiares no voy a tener cáncer”. Si bien el antecedente familiar es un factor de riesgo sumamente importante, no significa que el no tenerlo disminuya las posibilidades de padecer esta enfermedad. El 80 % de las mujeres que tienen cáncer de mama no tienen este antecedente.

Las mujeres de mamas pequeñas tienen menos riesgo El tamaño de las mamas no influye, se deben realizar los controles y seguimientos como en todas las mujeres.

¿Si no tengo síntomas no debo preocuparme?” EL 75% de las 19.000 pacientes que contraen esta enfermedad por año en Argentina no tiene ningún síntoma, por eso es importante el examen médico anual y realizar la mamografía de control después de los 50 años al menos cada dos años.

 

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