DR. OSCAR ZUDAIRE

04 de Febrero de 201611:21

Es común que a los 18 años nuestros entrevistados ya estén haciendo sus primeras armas en la Facultad y corriendo el telón del escenario de la medicina que los tendrá como actores principales. El Dr. Oscar Alberto Zudaire nos cuenta que lo suyo no fue lo normal.

“Nací en Rauch el 5 de abril de 1954 y a los 13 años tuve que empezar a trabajar junto a mi hermano mayor para ayudar en la economía familiar, que mi mamá “lavando ropa ajena el pié del piletón”, como dice el tango Consejo de Oro, sostuvo sola hasta esa época. No quería ni me gustaba estudiar. Ni mi madre con su ejemplo de lucha y habiéndose quedado viuda cuando yo tenía un año pudo controlarme. Lo único que me gustaba era la noche. Ese loco proceso que no me hubiera conducido a nada bueno culminó a los 18 años cuando decidí que mi vida tenía que tomar un rumbo firme y no tan díscolo como hasta entonces”.

¿Ahí empezaste el secundario?
Sí. Con la ayuda de un plan de la Ley Taiana me gradué en Tandil en 1975, pero para llegar a esa instancia fui a una escuela técnica y a otra militar y completé el ciclo en un curso libre para adultos a los 21 años. Hoy siento gratitud por lo que por aquella época fue casi una tortura. Nos obligaban a leer los clásicos y eso me enseño a seleccionar buena literatura, que ahora disfruto.
 
En el segundo año de carrera me casé con mi mujer, Olgui. Tuvimos 5 hijos. Los 2 primeros en la época de estudiante y los otros tres nacieron en Posadas, Puerto Rico y Rauch respectivamente. Pablo, el tercero, falleció a los 20 años por un ACV debido a una malformación vascular.
 
¿Cómo fue tu proceso tras recibir el título?
La residencia en Medicina General la hice en Posadas. Ejercí como generalista y anestesista en la misionera ciudad de Puerto Rico. Ahí trabajé con aborígenes guaraníes y de docente en el ciclo secundario. En 1989 volví a Rauch y me desempeñé como generalista, anestesista, pediatra, y luego me especialicé en Hemoterapia. El director, como favor, me pidió que me hiciera cargo de las transfusiones sanguíneas. Empecé a capacitarme y terminé haciendo la especialización. Hoy tengo título de especialista jubilado, y continúo haciendo guardias médicas y atendiendo mi consultorio privado en Rauch.
 
Le digo que generalista es un término que reitera bastante y me explica el porqué: “elegí Medicina General por la Atención Primaria, pensé que me capacitaría para atender en lugares chicos o apartados. No fue del todo así pero me permitió elegir lo que más me gustaba o lo que me exigía la necesidad en distintas oportunidades. Valoro haber atendido en salitas públicas rurales y haber trabajado en una Comunidad Guaraní en Puerto Rico”.
 
A modo de anécdota, nos cuenta que rindió examen de ingreso para Medicina General en Corrientes y pudo elegir Posadas gracias a los múltiples empleos que desempeñó. “El gringo alemán que me tomo la entrevista no creía que este porteño chanta hubiera laburado tanto, así que me pregunto cómo se elaboraba el queso, ya que le había dicho que trabaje en una fábrica, y le contesté con algunos detalles que le asombraron tanto que me puso un 10. Además siempre me interesó desarrollar actividades en la lucha contra el alcoholismo.
 
¿Cómo sería para vos la medicina ideal?
Creo en la Medicina Integral. Es una lástima que últimamente al término “Holístico” se lo haya manoseo tanto, porque es el más apropiado. Gracias a Dios por estos tiempos los médicos están dejando de lado la idea de que lo que tienen del otro lado del escritorio es un organismo enfermo y se inclinan a pensar en la persona enferma, con todo lo que eso significa. Creo que junto con los progresos científicos técnicos, esta visión de la Medicina cambiará radicalmente el curso de nuestra profesión, y tendremos mejores resultados.
 
¿Cuáles son tus preferencias dentro de la profesión?
Pediatría estaría en el podio. Las consultas vienen de quien tiene el sentimiento extra de la condición humana: la madre. El paciente es alguien tan querible que la relación con él fluye sin especulaciones, hace que uno se sienta generoso en su profesión. Los niños tienen una vida de relación tan intensa y afectiva que le sacan al médico las partes más lindas de su personalidad. Y lo que menos me gustó sin duda fue Anestesia. Lo hice a modo de favor, pero es una especialidad muy dura y para los que no tenemos una buena formación, es muy estresante.
 
Sé que fuiste elegido concejal en las últimas elecciones. ¿Cómo te encontrás en esta función?
Cuando me ofrecieron ir en una lista con un grupo de linda gente y que comparte ideales conmigo, me entusiasmé y no estoy arrepentido, me siento cómodo haciendo lo que hago.A la actividad política la tomo como un compromiso, un compromiso con el otro, que no la puedo eludir.
 
¿Y cuál es tu visión sobre las políticas de salud?
Que tienen que ser diseñadas y ejecutadas por el Estado, no existe otra posibilidad. Justamente es la política de salud la que determinará objetivos de acuerdo a un diagnóstico preciso de cuáles son las necesidades sanitarias, prioridades y destino de recursos. Si esto está en manos del mercado será manejado con otra lógica, la del mercado. Creo que la ecuación es simple si el análisis es desinteresado.
 
¿Qué hacés en tu tiempo libre?
Trato de disfrutarlo al aire libre y cuando puedo hago bicicleta. Hace casi un año hicimos una travesía de 1.300 kilómetros. Con un amigo, nos fuimos desde las cercanías de Zárate hasta Puerto Rico en Misiones. El recuerdo de esa experiencia a los 60 pirulos es muy intensa.
 
Cesar Mc Coubrey para Médicos de mi Provincia.
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