Información para viajeros: sin mosquitos no hay Dengue

18 de Enero de 201610:53

Tanto el dengue como la fiebre chikunguña, que apareció a fines de 2014 y el virus Zika, que comenzó a mediados del 2015, se transmiten por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Cuando este tipo de mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de alguna de estas enfermedades y luego pica a otras personas, les transmite esta enfermedad. El contagio sólo se produce por la picadura de mosquitos infectados. No se transmite directamente de una persona a otra, ni a través de objetos.

El 9 de diciembre de 2015, México se convirtió en el primer país en aprobar una  vacuna contra el dengue, seguido hace poco por Filipinas y Brasil. Esto representa un gran avance resultado del esfuerzo conjunto reconocido por la OMS.  La vacuna representa una herramienta más que se agrega a las acciones de prevención.
En la Argentina se encuentra en evaluación desde fines de agosto esperando la aprobación de la ANMAT. La vacuna es tetravalente, protege contra los serotipos 1, 2, 3 y 4 del dengue. Se aplica en un esquema de tres dosis y se  indica para personas entre  9 y 60 años de edad que viven en zonas endémicas.
Para el caso del Chikunguña y el Zika aún no existen vacunas que protejan de estas enfermedades.
Resulta así que  en los tres casos, las medidas de prevención deben dirigirse a eliminar de todos los objetos que sirven de criaderos al mosquito y también evitar sus picaduras.
Quienes viajen a zonas con presencia de estas enfermedades deben seguir los siguientes consejos:
  • Evitar en la medida de lo posible, exponerse al aire libre durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, las horas de mayor actividad del mosquito.
  • Usar mangas largas y pantalones largos si se desarrollan actividades al aire libre.
  • Utilizar espirales o tabletas repelentes.
  • Proteger las cunas o cochecitos de bebés con mosquiteros tipo tul al permanecer al aire libre y cuidar que permitan una correcta ventilación.
  • Utilizar repelentes sobre la piel expuesta y renovar su aplicación cada 3 horas aproximadamente. Deben utilizarse productos que contengan DEET (N,N-dietil-m-toluamida) ya que son los más eficaces.
  • Rociar también la ropa con repelente porque los mosquitos pueden picar a través de las prendas de tela fina.
  • En los bebés menores de dos meses de edad no se recomienda utilizar repelentes.
  • En los niños mayores de dos meses se deben usar repelentes con concentraciones de 10% de DEET. Se recomienda leer las etiquetas de los productos.
  • No permitir que los niños pequeños se apliquen ellos mismos el repelente, siempre lo debe hacer un adulto evitando aplicarlo en los ojos y bocas de los niños y usarlo cuidadosamente alrededor de los oídos.
  • No aplicar el repelente en las manos de los niños, ya que éstos podrían poner sus manos en sus bocas, ni en piel irritada, cortada o quemada.
  • No utilizar repelentes asociados a protectores solares en la misma formulación.
  • Ante síntomas como fiebre, dolor de cabeza (especialmente en la zona de los ojos), dolores musculares, articulares, erupciones, náuseas y vómitos, consultar al servicio médico local.
  • No automedicarse, evitando especialmente tomar aspirinas, ibuprofeno o aplicarse medicamentos inyectables ya que favorecen las hemorragias.
  • Si durante las dos semanas posteriores al viaje a zonas afectadas por esta enfermedad se presentan síntomas de dengue, concurrir al médico inmediatamente.
Ministerio de Salud  de la Nación.
Organización Panamericana de la salud.
Centros  para el Control y Prevención de Enfermedades.
Biblioteca Nacional de Medicina e Institutos de Salud de Estados Unidos.
Martín Cañas para FEMEBA Hoy


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