El epistemólogo argentino Félix Schuster da cuenta de un pensamiento generalizado sobre ciertas afirmaciones. Por ejemplo, el aserto “es la excepción que confirma la regla”. Decir, afirma Schuster que dos más dos es cinco, no confirma ninguna regla. Puede cuestionarla, refutarla, pero dos más dos es igual a cuatro. No obstante, el mundo repite cosas erróneas. ¿Su exposición parece ir en ese sentido, poner en tela de juicio los lugares comunes del diagnóstico médico?

Sí, claro, conozco las ideas de Schuster. El sentido común es una fuente de errores enormes, una serie de creencias de verdades que no merecen ser discutidas. Pero a poco de que las discutís encontrás que en la realidad son verdades sin ningún sustento.

Flichtentrei menciona a Bertrand Russell, uno de los fundadores de la filosofía analítica, para quien gran parte de los problemas del mundo se deben a que los ignorantes están seguros y las personas que saben están llenas de dudas. “Las habilidades para ser una persona competente en principio son las mismas que se necesitan para saber que no sos competente; por lo tanto, si sos un incompetente las habilidades que te faltan te impiden percibir que lo sos: es la meta cognición. El incompetente no tiene meta cognición. No duda de lo que sabe”, afirma Flichtentrei.

Para ejemplificar nos recuerda esta historia. “David Dunning y Justin Kruger de la Universidad de Cornell (EEUU) leyeron en un diario sobre un tipo que robó un banco a cara descubierta. Lo metieron preso a la media cuadra, pero cuando la policía le muestra el video dijo que no podía ser porque se había untado la cara con limón y eso lo tornaba invisible. Una de las características básicas del efecto o síndrome Dunning-Kruger, es que las personas incompetentes no se dan cuenta que lo son. Si alguien sabe que puede ser incompetente para algo lo hace menos incompetente. Lo curioso es que la gente incompetente no es que tenga el cerebro vacío, sino que lo tiene lleno de cosas erróneas. No hay cerebros vacíos. La ignorancia no pasar por no estar informado, sino por estar mal informado.

¿A su modo de ver, entonces, como debe ejercerse la medicina?

La medicina no puede ejercerse con creencias o sentido común, sino con pruebas. No hay otra manera. La obligación de los médicos es poner todo a prueba por más experto que seas.

¿Se relaciona con la forma de pensar?

Así es. Estamos acostumbrados a una manera de pensar, fuimos educados de esa manera para vivir en el mundo cotidiano, que funciona de esa manera y es muy operativa pero cuando se involucra con un enfermo con riesgo para su vida y su salud, ese sentido común muy útil para hablar con los muchachos en el bar, para jugar al fútbol o para las relaciones familiares, no sirve en la medicina donde cualquier pensamiento tiene la obligación de ser sometida a pruebas. Sin pruebas, no hay medicina.

 

En su charla en el Consejo Directivo, señala que el error en medicina es un problema de enorme magnitud epidemiológica, responsable de dos cosas gravísimas: un gran número de muertos en el mundo entero y un incremento catastrófico del costo en salud y menciona a modo de homenaje que en la Argentina la escuela de pensamiento del error en medicina fue introducida por el maestro Alberto Agrest. “Nuestros anteojos son tan pero tan poderosos, que podemos ver cosas tan minúsculas que son irrelevantes. Pero cuando las vemos actuamos sobre ellas. Quién quiere saber que tiene un diagnóstico de cáncer in situ de próstata o carcinoma ductal de mama irse cómo si nada. Entonces actuamos y a veces lo que produce daño no es lo que encontramos sino la intervención que motivo aquello que encontramos cuando, obviamente, era irrelevante”, sostiene.

 

¿Qué hacer frente al predominio de una excesiva aparatología y lucro desmedido?

 

Me parece que el lucro desmedido es más un mito que involucra a los médicos y no sé si es muy real, porque los médicos y los pacientes somos víctimas de los mismos que lucran con nosotros. Si ocurre un mito muy peligroso entre la gente y los médicos: la absurda idea de creer que cuánto más estudios complementarios, mejor atendido estás: hay pruebas de que no solo no estás mejor atendido, sino que en muchos casos estás peor atendido.

 

¿Qué quiere decir con eso?

 

Como dije antes. Que se encuentran cosas irrelevantes y se actúa sobre ellas y eso es un daño tremendo.

 

¿Qué papel tiene la formación de los médicos, por lo menos en la Argentina?

 

Tiene un papel fundamental, de hecho hoy me parece que hay modificaciones porque la medicina está basada en pruebas, no en autoridad, no en experiencias, no en los años, no en la fama, no en el prestigio. Todo eso no sirve para nada. La medicina solo puede basarse en pruebas. Tu idea tiene que ser demostrada con una prueba, no importa quién seas vos.

 

Por último, en su exposición, recurre entre otros autores al filósofo argentino Mario Bunge. ¿Usted no cree en el psicoanálisis?

 

En absoluto. Ninguna persona inteligente puede creer en el psicoanálisis.