Dr. Mariano Di Prinzio

20 de Agosto de 201509:14

Mariano Di Prinzio (36) es médico cirujano. Casado, tiene dos hijas con quienes vive en Ascensión, un pueblo cercano a la ciudad de General Arenales. Dice que es médico gracias al esfuerzo de Beto y Nilda, sus padres.

Agrega que tiene dos hermanos, Heber y Gustavo y que de chico le gustaban los deportes, sobre todo el fútbol y el campo. “En la escuela era buen alumno y siempre tuve muchos amigos. Pensé en dedicarme al campo porque me gustaba mucho, pero culpa de mi alergia a los cereales me fui alejando. Ya en la adolescencia me preocupaba cuando me preguntaban sobre mi futuro. Me tentaba mucho la idea de ser cirujano, pero no me animaba, y ante la imposibilidad de ser futbolista porque no podía devolver dos paredes en la misma jugada, terminé la secundaria, me fui a Rosario a estudiar Ciencias Económicas. Nada que ver y así me fue. Volví luego de dos años al pueblo pero no con la frente marchita, porque sabía que no era un burro, simplemente no me gustaba”.    
                                        
¿Y cuándo te animaste a seguir medicina?

Fue a mediados del 99. Luego de unos meses me decidí y embarque para Buenos Aires, me la jugué, era a todo a nada. Me anoté en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y comencé a cursar el Ciclo Básico Común (CBC). En 2001 arranque la Facultad de Medicina. Me costó agarrarle la mano. Los primeros dos años fueron duros. El primero, terminó entre corridas y helicópteros en la Plaza de Mayo. El segundo y especialmente un día tuvo un vuelco importante. Fue el 11 de septiembre de 2001, la misma fecha del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, aprobé el final de anatomía y ahí le metí con todo a la carrera.
¿Cómo transcurría aquella época?
La Facultad me gustaba mucho, iba aunque diluvie, como mis amigos que estudiaban abogacía, éramos sarmientitos.
                                                                                        
¿El dinero y la comida?
                                                                                                                                                                                                                                                                                         Mi padre mandaba dinero y mi madre, milanesas. Yo vivía con Adrián, un amigo que trabajaba en el restaurante del Colegio de Escribanos y a veces cambiaba las milanesas por los brownies del restaurante.
Recuerda que conoció Sol, su mujer, en el tercer año de la carrera y luego de vivir un tiempo juntos, entre parciales de microbiología nació Cata, su primer hija. Su otra hija, Emi vino durante la residencia en el Hospital Interzonal General de Agudos de Junín.     De Sol, Cata y Emi dice que son el motivo de su vida, su felicidad, el sostén y el aguante, a las que deja de lado cuando tiene una urgencia, que lo extrañan y extraña cuando está de guardia. “Entre mamaderas a Cata y libros trabajé en el Clínicas y roté por diferentes hospitales, pero unos meses antes de terminar de cursar debía decidir dónde y cómo seguir. Ser cirujano lo tenía claro, pero no en Buenos Aires y con la familia. Las balas pasaban cerca y definimos venir a Arenales, donde vivimos, pese a la insistencia del doctor Alejandro Oría, jefe de Cirugía del Argerich que me instaba a seguir ahí”.  

¿Qué es para vos ser médico?    

Sobre todo es una vocación. A mí me gusta y siento felicidad. Creo que la felicidad es eso, hacer lo que a uno le gusta y satisface a su corazón y a su mente. Además ser médico es un trabajo, una profesión, es una tarea de mucha responsabilidad y entrega”.        
   
¿Ahora te pido te definas como médico?    

Soy un médico cirujano de pueblo, es diferente a los otros. Nos destacamos por hacer de todo. Somos prácticos y sencillos. Vemos niños, abuelos, hombres, mujeres, tratamos desde uñas hasta tumores y muchas veces resolvemos patologías que no son de nuestra especialidad. La gente nos llama a cualquier hora y muchas veces ayudamos a nuestros colegas a resolver sus problemas, casi que operamos a domicilio y a veces hasta comemos en la casa de los pacientes. A pesar de mi corta trayectoria de médico, logre adaptarme bien a esta profesión y hoy me desempeño como cirujano de guardia del Hospital de Junín, cirujano de planta y director del Hospital Ignacio Pirovano de General Arenales.    
                                                                                                                                                
A quiénes consideras tus guías en la medicina

El doctor Daniel Adris fue mi mentor, es mi amigo, compañero de trabajo y quien me allanó el camino para que yo progrese en mi profesión. Con él di los primeros pasos en el quirófano de mi pueblo. No solo me enseño casi todo lo que hago sino que me empujó y me marcó el camino para poder desenvolverme en mi profesión. Es una mano que me guía por el camino de la cirugía.      
                                                                                                                          
Al doctor Alejandro Oria lo descubrí a través del libro de cirugía de Michans. Es muy llamativo descubrir a una persona a través de lo que escribe, fue un inspirador sin ni siquiera conocerme. Cursé cirugía en el Argerich y destaco su sencillez, un tipo que andaba enseñando por todo el mundo y que se bajaba al nivel de sus alumnos para darle una clase.
También la influencia del doctor Juan Pecolj, que tampoco me conoce pero leo todo lo que escribe, es claro y práctico, se entiende fácilmente lo que enseña y sin ser mi profesor directo me ayudó a resolver muchas situaciones en mis cirugías. Lo mismo del doctor Carlos Gutiérrez, jefe de Cirugía del Hospital Interzonal de Agudos de Junín. Desde el primer día que me conoció en ese hospital me agarró del hombro y trató de enseñarme lo que más pudo”.                                                                                                                                                                                                                                             
César Mc Coubrey
 
 
 

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