Enfermedades diarreicas. Qué son y cómo prevenirlas.

06 de Febrero de 201514:24

Las enfermedades diarreicas son infecciones del tracto digestivo ocasionadas por bacterias, virus o parásitos, cuyo principal síntoma es la diarrea. Esto es, la deposición tres o más veces al día de heces sueltas o líquidas. Las diarreas son más frecuentes en verano ya que el calor favorece la diseminación de las bacterias que las provocan. Con las altas temperaturas, aumenta el riesgo de deshidratación. Por eso en caso de diarrea es importante acudir rápidamente a un médico y no automedicarse, ya que puede ser el síntoma de enfermedades como el cólera.

Estas enfermedades infecciosas se transmiten por la ingesta de partículas de materia fecal infectada a través del consumo de alimentos o agua contaminados, o mediante el contagio de persona a persona a través de las manos, principalmente por no lavárselas adecuadamente luego de ir al baño o cambiar pañales.

En necesario aclarar que la deposición frecuente de heces de consistencia sólida no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y pastosa por bebés amamantados.

Hay tres tipos clínicos de enfermedades diarreicas:

  • diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días, como en el caso del cólera
  • diarrea con sangre aguda, también llamada diarrea disentérica o disentería
  • diarrea persistente, que dura 14 días o más.

La diarrea suele durar varios días y de acuerdo a su frecuencia puede privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia. La mayoría de las personas que fallecen por enfermedades diarreicas en realidad mueren por una grave deshidratación y pérdida de líquidos.

Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales. A su vez, cada episodio de diarrea empeora su estado nutricional. De hecho,las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte a nivel mundial de niños menores de cinco años.

Las dos causas más comunes de enfermedades diarreicas son los rotavirus y la bacteria Escherichia coli. Se encuentran en el agua contaminada con heces humanas procedentes, por ejemplo, de aguas residuales, fosas sépticas o letrinas. Las heces de animales también contienen microorganismos capaces de ocasionar enfermedades diarreicas.

Los alimentos elaborados o almacenados en condiciones antihigiénicas son otra causa importante de diarrea, así como los pescados o mariscos mal cocidos.

¿Cuál es el tratamiento?

Entre las medidas clave para tratar las enfermedades diarreicas cabe citar las siguientes:

Solución de sales de rehidratación oral (SRO). Las SRO son una mezcla de agua segura, sal y azúcar, que se absorben en el intestino delgado y reponen rápidamente el agua y los electrolitos perdidos en las heces. Se aplican en caso de no existir deshidratación o de que ésta sea moderada. En caso de deshidratación severa o estado de shock, se aplican con fluidos intravenosos.

Complementos de zinc. Los complementos de zinc reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces.

Alimentos ricos en nutrientes. El círculo vicioso de la malnutrición y las enfermedades diarreicas puede romperse continuando la administración de alimentos nutritivos —incluida la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida— durante los episodios de diarrea, y una vez que los niños están sanos.

Por eso, ante la presencia de diarrea es muy importante acudir rápidamente al médico o centro de salud, en especial si se trata de bebés o niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.

¿Qué podemos hacer para prevenir las diarreas?

Consumir sólo agua segura. Si no se cuenta con agua de red,colocar dos gotas de lavandina por cada litro de agua o hervirla durante tres minutos,tanto sea agua para beber, lavarse las manos o los dientes, cocinar o lavar las verduras y frutas.

Lavarse cuidadosamente las manos con agua y jabón. Después de ir al baño, de cambiarle los pañales al bebé, y antes de comer o manejar los alimentos.

Lavar frutas y verduras con agua segura. Si se van a consumir crudas, dejarlas en un recipiente en agua con un chorrito de lavandina durante 10 minutos y luego enjuagarlas muy bien con agua segura.

Consumir únicamente alimentos bien cocidos o fritos, preparados higiénicamente. No consumir pescados o mariscos crudos, ni alimentos elaborados en la vía pública.

Mantener los alimentos bien tapados y refrigerados. Los microorganismos pueden ser transportados por insectos o por el polvo, y se multiplican con rapidez, especialmente en épocas de calor.

Alimentar al niño con leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Entre las múltiples ventajas de la lecha materna está la de proporcionar defensas contra las infecciones gastrointestinales.

Esterilizar diariamente las mamaderas. Constituyen un excelente medio de cultivo para las bacterias causantes de la diarrea, por lo que es importante desechar todo resto de alimento que quede en ellas, lavarlas cuidadosamente con agua y jabón o  detergente, y esterilizarlas. Para ello, es suficiente hervirlas durante 10 minutos en un recipiente con abundante agua segura.

Utilizar baños, letrinas o cualquier otro medio que garantice el aislamiento de las excretas.

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