Entrevista a la Dra. María Cristina Borrajo

27 de Noviembre de 201412:28
La entrevistada en esta ocasión, Dra. María Cristina Borrajo, cree fervientemente en una Salud pública gratuita y para todos. Cree que es el Estado el que debe velar por la salud de las personas. Cree que el futuro de la medicina es la Atención Primaria. Y fundamentalmente cree en el antiguo dicho que sigue siendo el horizonte médico: prevenir es curar.

Me cuenta que nació en la ciudad de Córdoba. A sus ocho años, su familia se mudó a Gualeguaychú, de donde era oriundo su padre. Ahí cursó estudios primarios y secundarios, para luego trasladarse a Buenos Aires para estudiar Medicina. "Comencé en el 73 y me recibí en la prestigiosa UBA en el 80. Amo mi profesión y nunca pensé en ser otra cosa que médico”. Hizo la residencia en el Hospital María Ferrer y luego fue jefa de Residentes en el Hospital Tornú.

“Ni a Jorge, mi esposo, ni a mí nos gustaba vivir en Capital Federal. Un colega me habló de un trabajo en Luján y nos vinimos hace ya 28 años. Así, de a poco, elegimos para vivir esta ciudad que amo”.

“A Lujan no lo cambiaría por nada. Es mi lugar en el mundo y también el de Paula, Bruno y Dante, mis 3 hijos y el de mi maravilloso esposo, que nunca ha sido egoísta conmigo ni con mi tiempo. ¡Estamos juntos hace 30 años!"

Describe a su ciudad como tranquila y agitada a la vez y destaca el valor que tiene el tiempo del que dispone, al que valora como oro, porque puede desempeñar su doble condición de médica y mamá.

La charla es fluida. La Dra. nos brinda definiciones claras y contundentes: “Siempre digo que la residencia es la mejor época de la vida de un médico: te pagan para aprender y esa es tu única preocupación”.

¿Cómo fue esa época?
Muy fructífera. Gracias a mi formación en el Ferrer, que era un hospital de agudos, me ofrecieron, y acepté, la jefatura de residentes en el Tornú. Ahí adquirí lo que buscaba, más conocimientos sobre el diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis. Simultáneamente enseñaba las primeras armas de la medicina a colegas recién recibidos y ansiosos por formarse en Neumonología.

Noto en María Cristina que no dedicó su vida únicamente a su profesión y a su familia. Le pregunto al respecto y me responde: "todo depende de la intensidad con que vivas tus luchas. En mi caso, donde estuve puse lo mejor de mí para mejorar la vida de la gente”. Y continúa: "milité en el PI (Partido Intransigente). He formado parte en reiteradas oportunidades de la Asociación de Profesionales del Hospital Municipal Nuestra Señora de Lujan, en el que trabajo desde que me radiqué aquí. He sido dos veces Directora del Hospital y las dos veces renuncié. La tercera vez que me lo ofrecieron dije que no, porque no quería tropezar otra vez con la misma piedra".

¿Cuál sería esa piedra?
La de siempre, los enormes problemas que padece la salud pública: falta de inversión, falta de concursos, falta de recursos, etc. Se te va la vida y la pelea es por las mismas cosas que cuando recién empezamos: sueldos dignos que nos permitan trabajar seguros y a gusto, sin correr entre tres trabajos, lugar adecuado para trabajar y con todos los elementos, personal capacitado, en fin….
Nos asegura que le enorgullece decir que el hospital en el que puso el cuerpo tiene buena atención, con tiempos de espera cortos y gente amable atendiendo. “Las ganas que le ponemos suplen las otras faltas”, agrega.

¿Cómo es la vida profesional de la Neumonóloga Dra. María Cristina Borrajo?
Ejerzo la Neumonología en forma privada también, en mi consultorio. En ambos lugares me comporto de la misma manera: hablo mucho con mis pacientes, me tomo mí tiempo. Me gusta atender pacientes. Ellos sufren enfermedades respiratorias y eso genera mucha angustia, que no se revierte con Salbutamol, sino con palabras y gestos de cariño.

Me dedico mucho al tabaquismo. Ofrezco tratamientos para dejar de fumar. El Servicio de cesación tabáquica de mi hospital lleva más de nueve años y hemos sido certificados por el Ministerio de Salud de la Nación por cumplir con los estándares para tal fin. La cesación tabáquica es una tarea difícil, casi de psiquiatra.

Nos cuenta que trabaja en varias sociedades científicas. “Actualmente soy Presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), de la cual soy además socia fundadora. Es uno de mis lugares preferidos de trabajo”. Y agrega: “participo de la Asociación Argentina de Tabacología, quienes este año han tenido la deferencia de entregarme la Mención 31 de Mayo por mi destacada labor contra el tabaquismo, hecho que me llena de orgullo". Además, del 2009 al 2011 fue Presidenta de la Sociedad de Tisioneumonología de la Provincia de Buenos Aires.

¿Qué cosas disfrutás por fuera de la profesión?
Tengo dos hobbies: la cocina y la lectura. Soy una lectora empedernida, para mí leer es como respirar. Leo y hago leer, mis hijos son lectores. Con una amiga creamos un grupo de lectores en Facebook que se llama Soy Leyendo, en el que reseñamos libros, los discutimos y nos recomendamos lecturas".

Al preguntarle por su entorno familiar y de amistades, la muy gentil doctora nos cuenta que vive en una casa llena de música y plantas. “Mis dos hijos varones, Bruno y Dante, son músicos. Mi esposo lo fue y ahora ha retomado con ellos esa pasión. En mi casa no hay silencio, y nadie lo pide". Se confiesa nula en cuanto a habilidades artísticas, pero se da el gusto de escuchar y admirar a sus músicos domésticos, que le dedican sus interpretaciones.

"Soy muy sociable. Me reúno con amigos a comer y charlar siempre que podemos. Tengo un grupo de amigas con las que nos vemos una vez al año en Mendoza, encuentro que planeamos durante todo el año".
 
César Mc Coubrey

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