Médicos de Mi Provincia. Dr. Javier Maradona

21 de Junio de 201714:15
Javier Clemente Maradona pertenece al Círculo Médico de Merlo, aunque nació hace 48 años en Recoleta, en el Hospital Rivadavia, porque el jefe de Obstetricia que atendería a su madre en el parto era amigo de su padre. Cirujano general, cirujano plástico y médico legista, nos cuenta que ejerce la medicina en Merlo “desde 1996 en el hospital de mi ciudad y también en el consultorio que era de mi padre, donde me inicié con la residencia casi terminada. Hoy sigo en ese hospital junto a una hija de mi señora, que también es mía por adopción, donde ella realiza la residencia. Actualmente me desempeño como médico legista”.

¿Es nacido y criado en Merlo?

Sí, de toda la vida. Aunque la primaria la hice en la Escuela alemana de Moreno, tanto el secundario en el Manuel Belgrano, como mi vida profesional están aquí.
Dice que en su familia creen que hay algún parentesco con Diego Armando pero no es nada seguro. En cambio, sí está relacionado con el médico Esteban Laureano, que era hermano de su abuelo, a quien conoció e incluso durmió muchas veces en su casa.

¿Cómo era su tío abuelo?

Era muy bueno, simple y modesto. Hasta casi tímido, le diría. Una prueba de ello es que casi obligaba a toda la familia a que lo acompañara a los actos de reconocimiento que le hacían por su tarea de médico rural y filántropo, por ejemplo, en Estanislao del Campo (Formosa), donde ejerció la profesión durante 50 años. Recuerdo nítidamente que no le gustaban esos actos.

¿Cómo se inclina por la cirugía plástica?

La vocación de servicio es natural del médico y eso lo mamé de mi padre, al que admiraré siempre. Quizá su estimulación y mis deseos de copiarlo jugando con su guardapolvos me inclinaron a esta profesión. Pero volviendo a su pregunta y pasado el tiempo descubro que en algo se unen mis vocaciones artísticas juveniles y la creatividad que tiene esta especialidad. Se lo ejemplifico: operar vesícula o apendicitis son más o menos siempre iguales. Hacer cirugía plástica es adaptarse al paciente y eso requiere creatividad y el arte es crear. Haciendo cirugía plástica hay que crear. Quizá ahí este la respuesta.

¿Usted se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires?

Sí. Ahí fue donde llamarse Maradona tenía beneficios cuando los profesores que lo admiraban a Diego te subían las notas, y perjuicios porque de la misma manera los que eran contras hacían lo opuesto. Hice la residencia de cirugía general en el hospital de General Rodríguez y el curso de Cirugía Plástica en la Universidad de El Salvador, donde conocí, admiré y aprendí mucho del doctor Flavio Sturla, profesor Consulto de la Cátedra Máxilo-Facial.

¿Qué le gusta más de su tarea?

Más que gustarme, me apasiona la cirugía reconstructiva y también es, al menos para mí, muy atrapante tratar a pacientes con cáncer de piel que afecta especialmente el rostro y las manos, son las zonas más expuestas al sol y del que hay que cuidarse y protegerse mucho. También me toco estar en guardias “de batalla”. Recuerdo la época donde en el hospital Eva Perón de Merlo atendíamos desde delincuentes heridos, tanto de armas blancas como de fuego, y a gente de condición muy humilde que sufría el accionar de esos delincuentes.

¿De qué manera toma los casos de mala praxis de cirugías plásticas que cobran estado público a través de los medios?

Muchos meten a todos en la misma bolsa y hasta que el tema decanta mediáticamente uno está en la mira de los pacientes. También es cierto que hay gente que no tiene buena preparación y no está lo suficientemente formado para esta tarea. Mi tranquilidad es que ejerzo la profesión desde hace 20 años, sé a qué me dedico y me formé para ello y me sigo perfeccionando y actualizando en congresos. Mi tarea es ayudar al paciente y aconsejarlo, aunque esto vaya en contra muchas veces de una mayor recompensa económica, pero tiene más valor mi tranquilidad y no hacer lo que no favorezca al paciente que muchas veces muestra una foto y explica a quién desea parecerse. A través de la persuasión y el profesionalismo le explico que cada cuerpo y cada rostro tienen características especiales que se pueden mejorar pero nunca transformar. Afortunadamente los tratamientos son cada vez menos invasivos, poco agresivos. Eso ayuda a decidirse en favor de “algún retoque” y cada vez son más los varones que “por coquetería” llegan a la consulta.

¿Una cirugía permite eliminar los tatuajes?

Mi experiencia indica que muchos se arrepienten de haberse tatuado y cuando deciden sacárselo hay que estudiar cada caso. Hay veces que se requiere hacer un injerto de piel. Atendí a jóvenes tatuados que en una época las fuerzas armadas y/o de seguridad no aceptaban y ese era un típico caso de hacerse algo por moda sin evaluar, por desconocimiento.
Maradona, para finalizar, nos cuenta que está casado. “Tengo 2 hijos de mi señora que criamos y amamos juntos. De joven hice teatro y escribía. Ahora estoy excedido de peso y deje de hacer artes marciales y natación. Trabajo algo más de 20 horas semanales, con mi mujer viajamos todo lo que podemos, conocemos gran parte del país, América Latina y me gusta lo que hago”.

César Mc Coubrey
Edición. Gabriel Negri - Tomás Malato.

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