El doctor Florencio Echevarría es Presidente del Círculo Médico San Nicolás. Gastroenterólogo, se recibió en la Universidad Nacional de Rosario, tras lo cual hizo la residencia en el hospital Centenario de esa ciudad. “Casi me quedo ahí, porque mi maestro me lo pidió, pero tenía decidido volver a mí San Nicolás natal, donde había solo dos gastroenterólogos, me pareció la opción correcta. Hoy sigo con la actividad académica trabajando para la facultad de Rosario, pero ejerzo la medicina en San Nicolás”.

Con respecto a su actividad gremial, recuerda que de a poco se fue acercando al trabajo del Círculo Médico. “Uno va madurando y empieza a comprender el rol de las instituciones, de estar todos los médicos juntos defendiendo la medicina,  es el amor por la medicina que nos une. Y fui pasando por todas las etapas del aprendizaje de la actividad gremial y la relación con los colegas, parte fundamental”. Destaca que en la actualidad, los médicos jóvenes no se percatan de esa importancia. “Pero es un problema que no hace a la medicina, es un problema social. Hay poco compromiso en todos los órdenes, en las instituciones, de no asumir responsabilidades, pensar únicamente en el desarrollo personal, que es muy bueno pero inserto en un desarrollo global. Porque el desarrollo personal fracasa si no hay un buen desarrollo global, y eso se da en todas las profesiones. De todas maneras los tiempos van cambiando y uno se tiene que adaptar, porque el que no se adecúa a los cambios desaparece”.

En el mismo sentido, menciona que los jóvenes se están acercando de a poco al Círculo que preside. “Los convocamos a través de nuestra intensa actividad institucional y académica. Armamos reuniones con los recién ingresados para explicarles cómo funciona la entidad, su verdadero rol, su razón de ser. Necesitamos jerarquizar cada vez más la institución porque hay una acechanza muy grande de gente que quiere romper todas estas estructuras, y la unión hace la fuerza, es necesaria la unión generacional”.

Al consultarte por la ley de interrupción del embarazo, responde que, pese a no tener una decisión muy definida, no se puede tener una venda en los ojos en cuanto a la existencia del aborto con o sin ley. “El problema real deviene de la falta de educación. Hoy se reparten preservativos y anticonceptivos y la gente no sabe qué hacer con ellos, lo veo en el consultorio a diario. Si se atendiera el problema de la falta de educación, no debería existir esta problemática. De cualquier manera, creo que la vida está por delante de todo, la de la madre también”.

El doctor Carlos Jorge Pedelaborde es Presidente del Círculo Médico 25 desde mayo hace cuatro meses, de manera previa participó durante dos períodos en la comisión directiva. Oriundo de Las Flores, estudió en la Universidad Nacional de La Plata. Especializado en cirugía general en el hospital San Roque de Gonnet (La Plata), se fue a vivir a 25 de Mayo por una oportunidad laboral en el hospital, donde todavía forma parte del servicio de Cirugía. “Me acerqué a la parte gremial por una inquietud personal, me lo propuse como meta involucrarme. La renovación de autoridades que tuvimos fue parcial, de común acuerdo y consensuada, hubo una única lista. Somos aproximadamente 70 médicos, nos conocemos todos, hay una participación casi constante. Nuestro objetivo es armonizar la medicina privada con la medicina estatal, y por suerte no tenemos conflictos. Tiramos todos para el mismo lado.

Entre sus primeros objetivos como dirigente está un crecimiento de la actividad científica. “Si bien organizamos cursos trimestrales, la idea es ofrecer más y de mayor calidad. La idea ahora es llevar el módulo miatra, un reconocido curso de traumatismo y capacitación en accidentología a través de simulación”.

Con respecto a la ley de interrupción del embarazo y sus implicancias para los profesionales médicos, señala la complejidad del tema. “Uno de los grandes temas a resolver que hoy divide a los argentinos. Espero que tengamos la grandeza de aceptar lo que se dictamine para un lado o para el otro”.

El doctor Fernando Spina Markmann se crio en Lanús. Estudio en la Universidad de Buenos Aires. Luego de formarse en pediatría el hospital Narciso López de Lanús, se radicó en San Antonio de Areco, donde hoy preside el Círculo Médico. “Llegué por una devolución de favores,  fui a cubrir las guardias de un amigo y me gustó el lugar, empezamos a trabajar con mi señora que también es pediatra y decidimos hacer el cambio por un estilo de vida”. A cargo del Círculo Médico desde abril, comenzó su gestión junto a una nueva comisión, en una renovación casi total de autoridades. “Los integrantes de la comisión anterior no participan con cargos pero ayudan con asesoramiento y transmisión de experiencia, lo cual es muy importante para nosotros. Somos una comisión joven con ganas de hacer cambios, básicamente modernizar la gestión y establecer lazos con otras entidades. Sentimos que había toda una generación que no participaba, una brecha generacional muy grande entre los que dirigentes y nosotros”.

Pese a ser un médico joven, se muestra preocupado por las diferencias que nota con la generación que le sucede. “Vemos poco compromiso con el trabajo, otras prioridades, lo que no se conjuga con el proyecto que hay a nivel nacional en salud. Desde las facultades de medicina en adelante no está claro el rumbo que deberíamos tomar, el modelo sanitario, y estamos formando médicos sin saber para qué. Las residencias están quedando vacías y son ocupadas por médicos extranjeros que vienen a formarse y vuelven a su país, gastamos recursos esenciales y de buena calidad en profesionales que no quedan para nosotros”.

En cuanto a la ley de interrupción del embarazo, celebro la posibilidad de la discusión abierta y los puntos de vista complementarios. “Lo que no es bueno para los médicos es que se sancione justamente la decisión que tome el profesional, que pudiendo ser objetor de conciencia sea sancionado. Ese tema debería ser aclarado con equipos técnicos. Después, más allá de la decisión que se tome, un grupo importante de médicos estamos en contra por como tomamos la concepción de la vida y cómo aprendimos a defenderla, no deberían obligarnos a interrumpirla”.