Fiebre Amarilla

07 de Febrero de 201810:37

Recomendaciones para quienes viajen a Brasil. Zonas para las que se recomienda la vacunación. Datos para compartir en el consultorio. Actualización Epidemiológica.

La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, que es endémica en áreas tropicales de África y América Latina. Es difícil diferenciar muchas veces entre casos de fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales como arenavirus, hantavirus, o dengue.

Los síntomas aparecen entre 3 y 6 días después de la picadura de un mosquito infectado. En una fase inicial causa fiebre, dolor muscular y de cabeza, escalofríos, pérdida del apetito y náuseas o vómitos. Para la mayoría de los pacientes estos síntomas desaparecen después de 3 a 4 días. Sin embargo, el 15% entra en una segunda fase, más tóxica dentro de las 24 horas siguientes a la remisión inicial en donde vuelve la fiebre alta y varios sistemas corporales son afectados.

No existe un tratamiento específico para la fiebre amarilla; la vacuna es la medida preventiva más importante y es segura, asequible y muy eficaz, ya que proporciona inmunidad efectiva dentro de los 30 días para el 99% de las personas vacunadas. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad sostenida y proteger de por vida contra la enfermedad.


Recomendaciones para los viajeros


Solo deben vacunarse contra la fiebre amarilla quienes viajen a una zona de riesgo y no tengan contraindicaciones. La vacuna debe aplicarse al menos 10 días antes de la fecha de viaje y una sola dosis es suficiente para protegerse a lo largo de toda la vida.

Deben recibir la vacuna quienes cumplan con alguno de los siguientes criterios:

  • viaje a municipios pertenecientes a la zona de riesgo como destino final
  • permanencia por al menos 72hs en una zona de riesgo como escala de viaje hacia una zona situada fuera de las áreas consideradas de riesgo
  • desarrollo de actividades de turismo aventura (trekking, tirolesa, etc.) o campamento en municipios dentro de la zona de riesgo


Algunos países y líneas aéreas exigen certificación internacional (vacunación o exención) para permitir el ingreso. Consultar el listado de países que exigen vacunación o con la línea aérea que corresponda.


Zonas para las que se recomienda la vacunación:

No se recomienda la vacunación a quienes viajen a los Estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande Do Sul. Esto vale para quienes se trasladen por tierra o por vía aérea a destinos situados en la costa de estos estados y permanezcan menos de 72hs en una zona de riesgo como escala de viaje.

La vacunación contra la fiebre amarilla se recomienda para viajeros con destino a Brasil que durante su estadía visiten alguno de los siguientes estados y/o regiones:

  • Estado de Río de Janeiro
  • Estado de San Pablo
  • Estado de Espíritu Santo
  • Estado de Bahía


Además de vacunarse, todos los viajeros deben adoptar medidas de prevención de picaduras de mosquitos (repelentes, ropa de mangas largas de colores claros y uniformes, mosquiteros y aire acondicionado en el lugar de hospedaje). Estas medidas previenen también contra las otras enfermedades transmitidas por los mosquitos, como dengue, Zika y chikungunya. Se recomienda consultar rápidamente al médico ante la aparición de: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas o vómitos.

Contraindicaciones (no deben vacunarse):

  • Niños menores de 6 meses
  • Embarazo
  • Antecedentes de alergia a cualquiera de los componentes de la vacuna: huevo, proteínas de pollo o gelatina
  • Alteraciones del sistema inmune incluyendo la infección por VIH
  • Enfermedad del timo
  • Miastenia gravis, síndrome de Digeorge.
  • Otras Inmunodeficiencias, tumores malignos y trasplantes de órganos
  • Enfermedades que requieran tratamientos con inmunosupresores y/o inmunomoduladores


Precauciones:
Quienes integran los grupos que se detallan a continuación tienen un riesgo aumentado de efectos adversos potencialmente graves asociados a la vacunación.

  • Niños entre 6 y 8 meses de vida inclusive.
  • Adultos de 60 años o mayores que se vacunan por primera vez contra la fiebre amarilla
  • Las mujeres que están en período de lactancia entre el nacimiento y los 8 meses inclusive podrían transmitir a sus hijos el virus vacunal a través de la leche.


Se recomienda la consulta médica, al menos 4 semanas antes de la partida, para recibir las recomendaciones de vacunación en función de los antecedentes personales y las características del viaje.

Para compartir en el consultorio: datos básicos sobre fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, que es endémica en áreas tropicales de África y América Latina.Es difícil diferenciar muchas veces entre casos de fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales como arenavirus, el hantavirus, o el dengue.

¿Cómo se transmite?

El virus de la fiebre amarilla se transmite por mosquitos infectados, generalmente del género Aedes (los mismos que transmiten los virus de Zika, de la fiebre chikungunya y del dengue). También la transmiten los mosquitos Haemogogus, que se encuentran sobre todo en la selva. Los mosquitos se infectan cuando pican a personas o monos infectados. La enfermedad no se transmite por contacto entre personas.

Los mosquitos se crían en la pluvisilva tropical, los entornos húmedos y semihúmedos, las masas de agua estancada y cerca de las habitaciones humanas en los entornos urbanos. El aumento del contacto entre las personas y los mosquitos infectados puede generar epidemias, sobre todo en zonas urbanas en las que la población no está vacunada contra la fiebre amarilla.

Los brotes de la enfermedad son especialmente preocupantes cuando tienen lugar en zonas de hacinamiento con servicios deficientes de suministro de agua y gestión de desechos que facilitan la cría de los mosquitos.

¿Cuáles son los síntomas?

El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Los síntomas suelen presentarse en 2 fases.

La primera, aguda, se caracteriza por fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. La mayoría de los casos mejoran y los síntomas desaparecen al cabo de 3 o 4 días.

Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran en una segunda fase, más tóxica, en las 24 horas siguientes a la remisión inicial. Entonces presentan fiebre elevada, ictericia y dolor abdominal con vómitos y deterioro de la función renal. Puede haber hemorragias bucales, nasales, oculares o gástricas, con aparición de sangre en los vómitos o las heces. La mitad de los pacientes que entran en esta fase tóxica fallecen en un plazo de 10 a 14 días, mientras que la otra mitad se recupera sin daños orgánicos importantes.

¿Cómo se trata?

No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla, pero un buen tratamiento de los síntomas, como la deshidratación, la fiebre y las infecciones sobreañadidas, mejora la tasa de supervivencia. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos. La fiebre amarilla es prevenible mediante la administración de una vacuna extremadamente eficaz que confiere protección de por vida.

¿Cómo se diagnostica?

Es difícil diagnosticar la fiebre amarilla, sobre todo en las fases iniciales, porque sus síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades comunes, como el paludismo, el dengue, la leptospirosis o la enfermedad por el virus de Zika, y también con los de algunas intoxicaciones. Los médicos u otros clínicos que atiendan a un paciente pueden no saber si tiene fiebre amarilla basándose únicamente en los síntomas, sobre todo cuando en la zona también son frecuentes muchas de las enfermedades antes mencionadas.

Para confirmar la sospecha de fiebre amarilla son necesarias pruebas de laboratorio. Los análisis de sangre pueden detectar anticuerpos contra el virus, que demuestran que la persona se ha infectado o ha sido vacunada. También se utilizan otras técnicas para identificar el virus en muestras de sangre o en el tejido hepático obtenido después de la muerte. Estas pruebas requieren personal de laboratorio muy capacitado y equipos y materiales especializados.

¿Cómo se previene?

La vacuna es el medio más importante para luchar contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura y asequible, y la administración de una sola dosis confiere protección de por vida contra la enfermedad. Para prevenir los brotes en las zonas afectadas, la cobertura vacunal debe ser de al menos un 80% de la población en riesgo.

El control de los mosquitos también puede contribuir a la prevención de la fiebre amarilla, y es vital en zonas donde la cobertura vacunal es baja o la vacuna no está disponible inmediatamente. El control de los mosquitos incluye la eliminación de los lugares de cría y de los mosquitos adultos y las larvas mediante la aplicación de insecticidas en las zonas con gran densidad de mosquitos. La participación de la comunidad en actividades como la limpieza de los desagües de las casas y el recubrimiento de los recipientes de agua donde los mosquitos pueden crecer es muy importante y eficaz para controlar estos insectos.

¿Es la vacuna segura y eficaz?

La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. La vacuna se viene utilizando desde hace varios decenios, es segura y asequible, y confiere protección a más del 90% de los vacunados en los 10 días siguientes a su administración, y al 99% de ellos en los 30 días siguientes. Una sola dosis confiere protección de por vida con un costo inferior a 40 pesos a través de los programas de vacunación oficiales.

Los efectos colaterales de la vacuna son generalmente leves y pueden consistir en cefaleas, dolores musculares y fiebre baja. No obstante, se han descrito casos raros con efectos colaterales graves.

 

Fuentes:

  • Ministerio de Salud de la Nación
  • Organización Panamericana de la Salud

 

Martín Cañás y Martín Urtasun para FEMEBA Hoy





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