Reunión de representantes

07 de Diciembre de 201713:16

Los Presidentes de las Entidades Primarias de Florencio Varela, Salliqueló, Junín, Partido de la Costa y General Lavalle, y Tres Arroyos, participaron de las reuniones de la Mesa Ejecutiva y del Consejo Directivo realizadas el 5 de diciembre.

Mario Walter Baldassarre es Presidente del Círculo Médico Florencio Varela desde hace seis años. Si bien es su segunda gestión, integró durante mucho tiempo la Comisión Directiva. Nacido en Merlo, este médico cardiólogo se formó en la UNLP y se especializó en el Hospital San Juan de Dios de La Plata.

“En el Círculo siempre estuvimos abocados a tratar de dar soluciones de nuestros colegas y socios. Hoy lo laboral constituye la mayor preocupación. Las fuentes de trabajo son difíciles de conseguir y después hay que estar peleando para que paguen. También tratamos de ayudar desde lo económico. La realidad del médico fue deteriorándose en forma progresiva con el correr de los años. Puntualmente en Varela fueron cerrando muchas clínicas privadas, y eso se ve reflejado en la falta de trabajo” comenta. Y agrega: “Obtuvimos un poco de oxígeno con la atención primaria de PAMI, en donde se crearon fuentes de trabajo, diría que las únicas creadas para médicos de cabecera. Eso dio pie a que se acerquen nuevos médicos, obviamente limitado a las especialidades que lo requieran. Hoy prevalece la creación de policonsultorios, la otra fuente laboral grande es el Hospital”.

Con respecto a la cercanía con los profesionales, aclara que los médicos no se muestran interesados en el trabajo de la Entidad. “Eso es problemático, por omisión o por acción no tienen interés en conocer lo que es el Círculo en profundidad. Tenemos que ir a buscarlos y participarlos. Hacemos reuniones con médicos jóvenes, generalmente por especialidad así tenemos más temas en común y no se disipa tanto la charla. La verdad es que tenemos resultados a medias, no los que esperamos tener todavía. Es un trabajo de todos los días y no tenemos que aflojar, sino todo lo contrario, estar más abocados a esto que es parte de nuestra responsabilidad”.

 

María Alejandra Soares es oriunda de Salliqueló, adonde regresó hace cinco años tras formarse en la UNLP y especializarse en Anestesia en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa. “No tenía decidido regresar, se fue dando. Mi marido también era de acá, en segundo año de la Facultad quedé embarazada de mellizos, nos casamos y más tarde decidimos volver al enterarnos que en nuestra ciudad buscaban profesionales”.

Soares nos informa que en su ciudad hay un solo efector de salud, que es el Hospital Municipal. “Además tenemos cuatro Centros de Atención Periféricos de Salud, donde suelen atender médicos generalistas y pediatras. El objetivo es descomprimir la atención del hospital, donde se hacen las internaciones, cirugías y demanda espontánea. Estamos muy bien equipados, somos cerca de 22 médicos, dos anestesistas, dos cardiólogos, cuatro ginecólogas, pediatras, nemonólogos, diagnóstico por imágenes. Ahora conseguimos un traumatólogo que se radique. Todos participan en el Círculo Médico, por ahí se nos dificulta juntarnos todos para las reuniones pero el que no asiste después averigua, se muestra interesado”, agrega.

Con respecto a la actividad gremial, afirma que siempre fue un aspecto que le interesó, y tuvo su punto más alto hace dos años al asumir la presidencia de su Entidad. “Junto con el Revisor de Cuentas, nos encargamos de transmitir la información a los profesionales. Lo de IOMA ahora es un tema bastante candente, allá la mayoría de los afiliados son policías, docentes y empleados municipales. Es la mayor obra social y ahora nos llegó la notificación que aproximadamente el 20% del padrón quedó afuera del sistema. Encima nos conocemos todos, yo estoy en la parte quirúrgica y decirle a un paciente, empleado municipal que vive con un sueldo de 10 mil pesos, que tiene que pagar 25 mil, es muy duro. Y perdemos nosotros porque nadie le va a ir a cobrar, y pierde el hospital el insumo. Creemos que el IOMA debería llamar a los afiliados y notificarlos si están fuera del padrón”.



Héctor Perea es Presidente del Círculo Médico Junín desde hace tres años, aunque participa desde tiempo antes en su Comisión Directiva. Nacido en Catamarca, este cardiólogo estudió en la Universidad Nacional de Córdoba e hizo la residencia en el Instituto Modelo de Cardiología de esa ciudad. Se casó con una nutricionista juninense y hace 25 años vive y trabaja en Junín. “Estoy en mi segundo mandato, el último que tengo. Hice toda mi carrera acá, cuando vine se estaba iniciando la cirugía cardiovascular en la región, eso me convenció, había propuestas como para empezar”.

Perea comenta los cambios que sufrió el trabajo médico en las últimas décadas. “Junín es un polo de desarrollo en cuanto a la medicina, se ha incrementado la calidad así como el número de especialistas. Tiene cuatro institutos privados y un hospital grande. Se ha ido tecnificando y hoy es un muy buen lugar para el ejercicio de la medicina. Tenemos tres equipos de cirugía cardiovascular y tres salas de hemodinamia”. Además, asegura que la llegada de residentes fue muy importante para el crecimiento de la profesión. “Muchos que no son de la región se terminan afincando, eligen Junín para quedarse. Nosotros no les ponemos trabas en cuanto al ingreso al Círculo Médico”.

En cuanto a la situación económica, opina que cambió mucho en los últimos diez años. “Principalmente cambió la cabeza del médico. Yo al Círculo vine de joven. Recién llegado a la ciudad empecé a interesarme. Hoy notamos que atraer a los médicos a las instituciones cuesta un poco, el médico es antisistema, reacio a la cuestión institucional. Tratamos de convencerlos de que el único futuro de la medicina son las instituciones y que lo demás es efímero. Por ahí uno se entusiasma en una clínica pensando que el trabajo es fantástico, pero no tiene el resguardo legal ni previsional. El Círculo Médico justamente constituye un ámbito donde debatir y luchar por nuestras mejoras en cuanto a honorarios y calidad del trabajo médico”, concluye.

 

Marcelo Molinari es presidente del Círculo Médico de la Costa y General Lavalle desde hace 12 años ininterrumpidos. Recibido en la UNLP, se especializó en Gastroenterología en el Hospital San Roque de Gonnet, y en el último año de jefatura se fue al Partido de la Costa por una oportunidad laboral. Hoy asentado allí, afirma que es un mito la creencia de que en la costa se trabaja solo en verano. “Hoy en el partido trabajamos todo el año muchísimo. Se está haciendo un hospital nuevo, las clínicas funcionan bien. Uno no puede armar toda una estructura en torno a un par de meses. Ya conocemos la situación y cuando hay que a sumar algunos refuerzos, estamos preparados para determinadas situaciones que se incrementan, como accidentes de tránsito, alcoholismo y peleas, especialmente en jóvenes. Pero uno se mantiene a ritmo durante todo el año porque hay mucho trabajo”.

Con relación a la oferta y demanda, explica que en un principio faltaban médicos especialistas. “Hoy en día llegaron muchos profesionales al Partido de la Costa y los pacientes abundan. Al estar cerca de grandes centros como La Plata y Mar del Plata, se acercan muchos médicos que se incorporan y permiten a uno mantenerse formado e informado. De estos médicos, algunos son jóvenes y otros no tanto, algunos se instalan y otros vienen y van. Es un mix. Es un panorama complejo pero con buenos resultados”.

Ricardo Bruno es Presidente del Círculo Médico Regional Tres Arroyos desde hace ocho años. Oriundo de Ramos Mejía, se instaló en Tres Arroyos en el año 1991 tras recibirse en la UNLP y especializarse en Cirugía General en los hospitales Español y Posadas (Buenos Aires) y en Urología en el Hospital San Martín (La Plata).

“Antes en el interior se notaba una mejor valorización del trabajo médico, la gente consideraba que lo que le pagaba al médico estaba bien pago. Hoy en día está pauperizado y la gente ha llegado a un nivel de creencia de que es un derecho y el médico que quiere cobrar por su trabajo es mal visto. Esto a lleva a casos de violencia, que suele darse en las guardias, no en los consultorios. Están desbordadas de trabajo, sumado a que la gente muchas veces concurre con abuso de sustancias o alcoholizada. No hay médicos que quieran hacer guardias”, afirma.

En referencia a esta misma problemática, agrega que por la falta de médicos para guardias, se está poblando de profesionales de otras ciudades que viven de guardia en guardia. “Hacen tres guardias seguidas, van a otra ciudad y hacen lo mismo, y así sobreviven. Y en general no es que sobresalgan por su excelente formación”.

Como corolario, nos cuenta que en el Círculo son 150 médicos y están ingresando nuevos profesionales muy bien formados. “Es requisito para ingresar tener título de especialista. Los médicos jóvenes regresan bien formados académicamente y dispuestos a ganar la mitad y disfrutar de la vida el doble que en las grandes ciudades, disfrutar de su familia. Acá se vive muy bien, ni se compara la calidad de vida con Buenos Aires, por ejemplo.


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