Daniel Gallo es oriundo de Mar del Plata, y se mudó a Buenos Aires para estudiar en la UBA. Tras recibirse, se especializó en Clínica Médica y Cardiología en Hospital de Clínicas. Luego, cansado de Buenos Aires, se mudó al partido de Tandil por una oportunidad laboral, pero su primera parada fue el pueblo La Ignacia, a 50kms de la ciudad cabecera.

“La medicina en La Ignacia es totalmente diferente a lo que hacemos ahora. No había especialidades, uno era un médico rural y hacía todología, desde los partos hasta las prácticas más complejas que se pudieran realizar ahí. Hoy ya se perdió eso, pero la medicina rural tenía sus encantos particulares, te integrás directamente con el grupo familiar, sos casi parte de la familia. Aún hoy sigo atendiendo a los hijos de chicos cuyos partos atendí, son como cuatro o cinco generaciones que uno ha atendido de ese grupo familiar”.

Gallo contrapone este panorama con la actualidad médica de una ciudad como Tandil. “La medicina de hoy en Tandil tiene un muy buen nivel científico, con colegas muy capacitados que cubren satisfactoriamente las necesidades de la ciudadanía, así como todas las especialidades. Obviamente algunas siguen siendo críticas, como las pediátricas, pese a tener un hospital de esa especialidad, pero es una problemática común a todo el país”.

A punto de cumplir 28 años de residencia en Tandil, se define prácticamente nativo de esa ciudad. “Llevo acá ya muchísimos años. Fui uno de los fundadores de la primera terapia intensiva que hubo en Tandil, razón por la cual decidí instalarme. Es otra calidad de vida con respecto a Buenos Aires y a Mar del Plata también, es un lugar mucho más tranquilo que todavía conserva ese aire rural pese a ser una ciudad importante, y que aparte de ser hermosa geográficamente es ideal para la vida social.

Por su parte, Santiago Zunino nació en San Francisco, Córdoba. Estudió en la Universidad Católica de la capital de esa provincia, y se trasladó a Buenos Aires para especializarse en Otorrinolaringología en el Hospital Posadas ya que su padre también es otorrino y siempre le había gustado esa especialidad. “Crecí con eso. Y ahora estoy viendo si me voy a vivir a Tandil, ya estoy trabajando allá desde diciembre y paso más días ahí que en mi casa en Buenos Aires”. Nos cuenta que vio un aviso en internet a través del Colegio Médico en el cual buscaban médicos en la ciudad de Tandil. “Me contacté y me entrevisté con el doctor Gallo, y arranqué. Yo me quería ir de Buenos Aires porque está muy complicado vivir allá”.

Siendo un médico joven de 32 años, Zunino se muestra muy interesado en la parte gremial. “Por eso asistí a esta reunión, quiero interiorizarme en el trabajo de FEMEBA, lo que se hace en las reuniones, y me pareció muy interesante. Compartí mucho con el doctor Gallo y siempre me llamó la atención su actividad en este sentido. En un futuro me gustaría tener esa actitud activa para poder construir, ir para adelante, las problemáticas que se tratan son pesadas y requieren meditarlo y charlarlo bastante con gente que sabe, y para eso es necesario aprender. Ese es mi objetivo”.