Dr. Juan Carlos Notti

20 de Julio de 201511:07

Entrevistamos al Dr. Juan Carlos Notti en su tierra, Coronel Suárez, donde nació hace casi 80 años y a donde volvió para quedarse el 23 de noviembre de 1959 cuando se recibió de médico. El “gordo” Notti es campechano, abierto, muy querido y respetado por sus colegas.



¿Aquí lo conoce todo el mundo?

Camino por las calles de mi pueblo con el “culito limpio” y me encuentro con gente “que me quiere más o me quiere menos pero nadie me detesta” porque traté como médico y como vecino de hacer siempre las cosas de la mejor manera.

¿Alguien influyó para que fuera médico?

No precisamente. El médico Héctor Torras era profesor en quinto año. Nos preguntó qué íbamos a estudiar y cuando junto con otros compañeros le respondimos medicina, nos dijo: “Sarna con gusto no pica, pero los compadezco”. El primer contacto con la profesión no fue muy alentador que digamos.

¿Y después?

Después la Universidad de Buenos Aires, desde 1952 a 1959, luego Suárez y a continuación el trabajo de cirujano general hasta los 68 años. Desde entonces trabajo en el consultorio haciendo clínica médica. Estoy jubilado en el hospital pero no de médico.

¿Por qué le dicen gordo, si no lo es?

Pero lo fui. Llegue a pesar 148 kilos. Me gustaba comer y los domingos nunca me gustó trabajar y menos de noche porque seguía eructando la comida del mediodía, pero una vez en 1968 como a las 21.30, un matrimonio de médicos que ahora viven en los Estados Unidos atendía a una paciente. El marido, con el que operábamos juntos, no estaba y la doctora Graciela me pidió que la hiciéramos los dos. La paciente se negó terminantemente que yo interviniera con un rotundo “usted a mí no me toca”. Graciela la convenció, todo salió bien y 4 ó 5 años más tarde ahora colaborando con la doctora Garralda me encuentro con la misma paciente pero en este caso fue ella quien pidió mi intervención. Traigo a colación este hecho que me produjo dos sensaciones encontradas: mi resistencia a trabajar los domingos perdió por goleada ante el reconocimiento de aquella paciente.

¿Cuénteme alguna otra situación similar?

El otro día fui a Colina, un pueblo cercano, donde poseo un poco por herencia y otro por mi esfuerzo “un pedazo de campo” y un señor que comenzaba a cosechar me comentó que en la casilla estaba su mamá, y charla va, charla viene, me dijo que su hijo nació por cesárea y que fui el partero. De esos recuerdos tengo muchos.

¿Cómo narraría de manera resumida su trayectoria?

Me va muy bien. Cuando me instalé en Suárez no había anestesista, venía a veces de Pigüe y le hacíamos la anestesia al paciente, que podía ser una raquídea en caso de la cesárea y  operábamos. Éramos kamikazes, hacíamos cualquier cosa, no había otra solución. Hoy tenemos la terapia intensiva, el anestesista, el cardiólogo, el neumonólogo. Para el enfermo tener las especialidades fue un conquista importantísima. Ahora, gracias a los avances, los cirujanos somos pequeños actores de la medicina. Asimismo estuve en la Federación Médica, en la Federación de Clínicas y fui director de la clínica de Suárez durante 25 años.

¿Y en su vida no profesional?

Rescato el valor supremo de la familia. La mía está compuesta por mi señora que ahora está enferma y mis 2 hijos, un varón, ingeniero agrónomo, y una mujer que es maestra jardinera. Tengo 3 nietos de los cuales dos estudian en Bahía Blanca, uno agronomía y el otro, que es el más vago,  está haciendo el ingreso y pensando su futuro y el tercero buscando trabajo en Suárez.

¿Su integración a la sociedad de Suárez tuvo otras aristas además de ser médico?

En cuanto a gustos deportivos se confiesa “tuerca” e hincha de Ford. Recuerda haber recorrido gran parte de la Provincia de Buenos Aires siguiendo al Turismo de Carretera hasta la irrupción de la televisión.

En otro orden, reflexiona sobre otros aspectos de la atención médica y las obras sociales. “Los médicos de cabecera de PAMI somos un archivo viviente que si se nos tomara en cuenta sería un gran aporte como ahorro al tremendo gasto que  hay hoy con la medicina, que a mi criterio en muchos casos es superfluo por distintos motivos, por ejemplo mala praxis y porque todo el mundo se quiere cubrir ya que la medicina se ha judicializado mucho y el hecho de poder litigar sin gastos ha hecho que le ofrezcan el negocio a la familia y después vemos como arreglamos. Aquí en Suárez hay 7 u 8 juicios en evolución. Los médicos estamos muy expuestos y el sistema además nos tiene muy mal remunerados y eso lo obliga entre otras cosas a cobrar un plus. Le doy un ejemplo que mis colegas saben de memoria: un enfermo capitado, venga una vez o todos los días, el PAMI me paga 18 pesos por mes”.

Subraya que “la Federación Médica está tratando de tener nucleados a los médicos cuyo número se ha incrementado notablemente. En Suárez en 1977 éramos 13 para atender 30.000 habitantes y ahora somos más de 100 médicos para una población de 40.000. Y como todos tratamos de vivir el que tiene un aparato lo hace andar como “la gran flauta”.

¿Cómo es un enfermo hoy?

Muy demandante por varios motivos. Lo hace demandante la televisión, los viejitos que se juntan en los centros de jubilados, Internet, la computadora a la que consulta si mi diagnostico es correcto y vuelve a tomarme examen.
De cualquier manera este desafío es muy interesante. Lo que si hay que tener es un manejo del enfermo. Lo que no hay que hacer es discutir con el paciente por plata. Cuando me dice, cuánto es,  le digo lo que es, si me paga me paga y si no me paga no importa. Porque los médicos tenemos que priorizar la salud de la gente. Si bien no soy ningún apóstol la otra parte es otra cosa. Hay que priorizar las normas de urbanidad. Si la secretaria le dice son 1000 pesos, se lo dice alguien que no es médico y la interpretación es distinta. Al menos yo lo interpretaría así.

¿Qué consejos tiene para los médicos recién recibidos?

Si se decide por la medicina y no por la plata le aconsejaría que haga una especialidad, que la haga bien porque eso beneficia al paciente. Que va a vivir bien, va a poder criar a su familia. Ahora si su ambición de máxima es hacer mucha plata que se dedique a la política. Acá no hay otra. El político es el que anda bien.
 
Para FEMEBA Hoy. César Mc Cubrey

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